A través de la historia de la humanidad, el arte ha sido un medio de expresión para los hombres y también un lenguaje universal, que une a los pueblos en su intento de transmitir la belleza. Fueron los griegos de la antigüedad, los que definieron a las bellas artes como seis tipos de creaciones, que pueden ser apreciadas con los ojos y los oídos. Estas bellas artes son: arquitectura, escultura, pintura, música, literatura y danza. Posteriormente, en el siglo XX, el cine se unió a este grupo de creaciones artísticas.
Las bellas artes nos sensibilizan y nos llevan a definir diferentes formas de interpretar el mundo que nos rodea. En su audiencia del 18 de febrero de 2022, ante un grupo de artistas, el Papa Francisco establece un vínculo entre la creación artística y nuestra relación con Dios: “Las Sagradas Escrituras nos hablan mucho de la belleza del universo y de todo lo que contiene, que se refiere por analogía a la del Creador. También nos recuerdan que cada uno de nosotros está llamado por la naturaleza a ser artesano y custodio de esa belleza. En cierto sentido, la obra artística complementa la belleza de la creación y, cuando se inspira en la fe, revela más claramente a los hombres el amor divino que está en su origen”. Asimismo, recordando la Carta de San Juan Pablo II a los Artistas, el Papa Francisco señaló que, “para transmitir el mensaje que le ha sido confiado por Cristo, la Iglesia necesita el arte. Debe, en efecto, hacer perceptible y, de hecho, en la medida de lo posible, fascinante el mundo del espíritu, de lo invisible, de Dios. Por lo tanto, debe trasladar a fórmulas significativas lo que en sí mismo es inefable. Ahora bien, el arte tiene su propia capacidad para captar uno u otro aspecto del mensaje, traduciéndolo en colores, formas, sonidos que siguen la intuición del espectador u oyente”.
En su historia de acompañamiento a la humanidad, la Iglesia ha contribuido significativamente al desarrollo de las bellas artes. El arte católico ha jugado un rol importante en la historia y en el desarrollo del arte occidental desde por lo menos el siglo IV. Los temas principales del arte religioso han sido la vida de Jesucristo, su Madre, discípulos, santos y la representación de historias del Antiguo Testamento. No es hasta el siglo XIX, que la inspiración en temas religiosos da paso a representaciones artísticas mayormente de carácter secular. Durante esa primera parte de la historia, las creaciones artísticas, principalmente la pintura, escultura y arquitectura transmitieron un mensaje de evangelización a las personas. Nos dice el Papa Francisco: “El arte, en la historia, ha estado solo en segundo lugar, después de la vida, de dar testimonio del Señor… ha sido y es una vía maestra que permite acceder a la fe más que muchas palabras e ideas”.
A pesar de la secularización de las bellas artes, el arte es capaz de crear comunión porque, en opinión del Papa Francisco, “une a Dios, al hombre y a la creación en una única sinfonía; porque une el pasado, el presente y el futuro; porque atrae a los diferentes pueblos y a las naciones lejanas al mismo lugar e involucra en la misma mirada a gente diferente y pueblos distantes”. El estudio de las artes, a través de la historia humana, es importante dentro de la educación integral de las personas. Nos permite descubrir el anhelo de belleza que une a los hombres y su capacidad de trascender del mundo material al del espíritu.
Las actividades artísticas también pueden ser utilizadas como método de enseñanza, para contribuir al aprendizaje cultural, emocional y social de los estudiantes. Diversos estudios científicos sostienen que la enseñanza de las bellas artes, desde los primeros años de un niño, le ayuda a desarrollar numerosas habilidades que lo acompañarán a lo largo de su vida. El estudio del arte contribuye a la calidad de vida de las personas, promoviendo la reflexión y el desarrollo de habilidades expresivas.
La sociedad actual, con su énfasis en la tecnología, ha fallado en ofrecer a las bellas artes el reconocimiento que se merece, como puente de unión entre los pueblos, expresión de los más altos ideales del hombre y búsqueda de la belleza, reflejo de la belleza y bondad de Dios.
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Nélida Hernández
Consejo de Acción Social Arquidiocesano