Un modo de evangelizar: Ángel Manuel Díaz Rivera
“Aquel que trabaja con sus manos es un labrador. Aquel que trabaja con sus manos y su mente es un artesano. Aquel que trabaja con sus manos, su mente y su corazón… ese, es un artista”, con esta frase popularmente adjudicada a San Francisco de Asís inspira tras la contemplación de un retablo como el de la Parroquia San José en Camuy o el de la Parroquia San Juan de la Cruz en San Juan. Y es que, haber contemplado sendas creaciones, aun sin conocer la persona detrás de tales proyectos, provoca comprender que en todo ese trabajo estuvo puesto el corazón de un artista.

Gran cantidad de monasterios, capillas, parroquias o catedrales ya cuentan con alguna pieza trabajada por su taller. Varias obras de gran envergadura le han sido comisionadas sin envidiar talento a ninguna casa de arte sacro del exterior. Ángel Manuel Díaz Rivera, de Camuy hace cerca de 25 años ha dedicado su vida al trabajo con la madera, y de éstos, aproximadamente 15 años al arte sacro.
“Un día cuando mi esposa estaba embaraza de mi hija menor, le dije que la casa estaba haciéndose pequeña y que iba a buscar un juego de sala en madera. Fui a varios lugares y me pedían mucho dinero. El que me gustó costaba cerca de $12 mil. Llego a casa triste y le digo a mi esposa: ‘yo voy a hacer el juego de sala’. Fui a buscar madera sin saber nada. Compré unas tablas de caoba a un aserradero, llegué a casa y con una sierra de mano y unas seguetas empecé a hacer un juego de sala sin tener modelo… sin herramientas.”, expresó Díaz al recordar sus inicios en este oficio luego de 25 años trabajando de labores totalmente ajenas a la madera y sin haber estudiado ebanistería.

“Terminé el juego de sala. Me visitaron unos coleccionistas y me animaron. Con mi primera venta compré herramientas nuevas.”, mencionó el también feligrés de la Parroquia La Milagrosa en Camuy. Tras preparar algunos nichos de santos, juguetes y muebles participó en varias ferias invitado por la Compañía de Turismo. Incluso, en 2008 recibió el Premio por la Excelencia Artesanal, otorgado por Instituto de Cultura Puertorriqueña, en 2016 le fue dedicada la Feria de artesanías de Plaza Las Américas y en San Patricio Plaza recibió en primer premio en un evento similar.
Su primer proyecto de arte sacro a gran escala fueron los altares y retablos de la Parroquia San José en Camuy hacia el 2008. “Comencé un Miércoles de Ceniza a realizar el trabajo. Iniciaba a las 5:00am y terminaba cerca de las 11:00pm. de lunes a domingo para tenerlo listo para Domingo de Resurrección. Para Domingo de Ramos estaba montando la última repisa. Lo tuve una semana antes.”, reveló Díaz.
“Me siento orgulloso de todas las obras que he hecho, desde el más pequeño hasta el más grande. El más honrado es la cátedra de San Juan.”, comentó Díaz refiriéndose a la cátedra nueva de la Catedral de San Juan Bautista. Como dato curioso, esta cátedra incluye una talla de la flor de Maga y un coquí.
Entre sus obras destacan: Cátedra de San Juan, Altar, abones y Retablo de San José de Camuy, de San Sebastián, de San Juan de la Cruz, Sillería del Convento De Clausura en Manatí, reparación de la cátedra de Mons. Juan Alejo de Arizmendi, entre otros.
Por: Jonathan Colón Hernández