Corona de rosas. Esto es lo que significa la palabra rosario. Anteriormente, se rezaban 15 misterios, 15 Padrenuestros y 150 Avemarías. O mejor dicho un tercio (5 misterios). Y este último detalle habla de su origen hace más de mil años cuando la práctica habitual era rezar 150 salmos. En la actualidad se recitan 20 misterios, 20 Padrenuestros y 200 Avemarías o un cuarto de Rosario (5 misterios). Este cambio surgió con San Juan Pablo II en el 2002, mediante la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae. Fue entonces que se sumaron cinco nuevos misterios -los luminosos- sobre la vida pública de Jesús. Octubre es el mes del Santo Rosario y con ello se recuerda que el rosario no es un detalle decorativo, sino una meditación espiritual cristo-céntrica y mariana. 

Rezarlo es repetir el saludo del Ángel Gabriel a la Virgen María, interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías. Mientras esto sucede se debe meditar el misterio recitado. Cada uno de ellos es un acontecimiento en la vida de Jesucristo o María. Rezar el Rosario es muy sencillo. Se sostiene el Crucifijo, se hace la señal de la Cruz y se recita la oración del Credo. Se anuncia el misterio correspondiente al día y se medita, luego se reza un Padrenuestro en la cuenta grande, 10 Avemarías siguiendo las cuentas (una década) y se reza un Gloria para finalizar. Cuando se culminan los cinco misterios se termina con la Salve Reina o las letanías a la Virgen.

Aprendí a rezar el rosario sin saber los misterios. Luego, rezaba solo los gozosos. Y con la práctica, cualquier principiante pasa al siguiente nivel. ¡Ahora Google se los sabe y cualquier persona le puede preguntar! No se requiere un rosario costoso o artesanal, con los dedos es suficiente.

Lo cierto es que el Rosario me ha acompañado en momentos determinantes, de pruebas muy difíciles. Este año tuve la pérdida de un ser muy importante, y en esa última hora en el hospital, el Rosario fue el atardecer para la vida terrena y el amanecer para la pascua… Además, tuve la llegada de otro ser único e irrepetible. También en el hospital, en el tiempo de espera frente a la sala de operaciones, con la incertidumbre saliendo por los poros la mejor respuesta fue el Rosario. Si no sabes qué hacer o qué decir, mejor rezarlo…

Enrique I. López López

e.lopez@elvisitantepr.com 

Twitter: @Enrique_LopezEV

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