Una de cada nueve mujeres que nazcan en Puerto Rico pudieran padecer de cáncer de seno en algún momento de su vida. El cáncer de seno sigue siendo la condición de salud más diagnosticada entre las mujeres del país y se considera la primera causa de muerte. El acoger la fe y los grupos de apoyo pueden ser de gran de ayuda para transformar no solo la perspectiva de una paciente acerca de su enfermedad, sino para sentirse acompañada por otras mujeres que enfrentan el mismo proceso. Si bien la fe y la misericordia de Dios es infinita hacia sus hijos (as), durante un proceso de enfermedad y transformación, esta presencia se vuelve más presente en la vida de un paciente y en la familia. Los grupos de apoyo basados en la fe pueden ayudar significativamente a una paciente de cáncer de seno a afrontar la depresión, la ira, el miedo, coraje o la ansiedad.
De igual forma, los grupos de apoyo asisten a las pacientes de cáncer a sentirse más optimistas y a controlar mejor sus emociones. Una paciente de cáncer con el apoyo emocional y religioso correcto es una paciente que manejará mejor su diagnóstico. De esta manera podemos hacer el camino para que durante su diagnóstico se acerque más a Dios.
Están, por ejemplo, los grupos de apoyo educativo, informativo y formales. Por lo general, en este grupo participan médicos o enfermeras que discuten temas puntuales para ayudar al paciente. Estos grupos son dirigidos por un coordinador profesional de pacientes, también conocido como navegador de pacientes. Otros grupos son dirigidos por los propios pacientes y allegados, y se conocen como grupos de autoayuda. Estos grupos se reúnen y organizan por iniciativa de los interesados. Hay también grupos dirigidos por profesionales de salud o aliados de la oncología. En este grupo podemos encontrar a múltiples profesionales de salud que asisten en las distintas esferas que se ven trastocadas en un diagnóstico de cáncer de seno, tales como los trabajadores sociales, psicólogos y consejeros profesionales con la capacidad de fomentar la conversación entre las pacientes diagnosticadas.
Es importante encontrar un grupo de apoyo afín a la paciente a sus necesidades basadas en su fe y emociones. Sin importar qué tipo de grupo de apoyo sea, este puede reunirse presencialmente en centros, salones en las universidades, iglesias, hospitales o centros comunitarios. Este tipo de dinámica es excelente ya que permite que la paciente de cáncer de seno pueda compartir en persona e interaccionar con otras pacientes que están pasando por su situación y también estar cerca de su fe. También se cuenta con los grupos de apoyo en línea. Estos son de mucha ayuda cuando una paciente de cáncer de seno no se siente bien de salud a causa de sus tratamientos o porque vive lejos del lugar de la reunión.
La vida nos enseña que hay detalles y gestos que el dinero no puede comprar. Dentro del torbellino o la incertidumbre de las dificultades que una paciente de cáncer pueda enfrentar con su diagnóstico, seamos buenos samaritanos y extendamos la mano con pequeños gestos, palabras, consejos o nuestra compañía a quienes necesitan aliento para su espíritu y vida. Estos pueden ser tan grandes en la vida de un paciente y su familia, que pueden cambiar el curso de su jornada desde, durante y después de un diagnóstico. No subestimen el poder del apoyo, de la esperanza, empatía y solidaridad. Amen a los pacientes de cáncer como Jesús nos ama a nosotros.
Dra. Maricelly Santiago Ortiz
Científica y Comunicadora en Salud
Para El Visitante