Luego de un año de lucha, entrega y crecimiento en la fe podemos celebrar momentos únicos que nos han centrado en la vida de cristianos. Hemos construido una nueva experiencia de fe en la montaña. Durante este año hemos levantado nuestro caminar para lograr mirar con esperanza la realidad de nuestro país. Cada día al llegar a nuestra Academia nos planteábamos nuevas metas, sueño e ilusiones. Una familia como esta se va construyendo en el calor de las relaciones intensas y eso fue lo que nos permitió poder sentirnos acogidos y amados por parte de Dios, la Iglesia, nuestra escuela y nuestra parroquia. Un gesto se puede convertir en liberador en la medida que está lleno de amor y esperanza cristiana.

Recientemente como Academia vivimós las celebraciones de final de curso y apertura a nuestras experiencias tanto universitarias, laborales y sobre todo familiares. ¡Que momento más especial al contemplar las sonrisas de los jóvenes que han emprendido viaje para continuar sus vidas! La Clase Graduada Royals 2018 celebró su día de reconocimientos el 25 de mayo marcando con este día el inicio de una nueva etapa como institución y como familia cristiana. La Clase Royals fue capitaneada por unos jóvenes que en su mirada se sentía la humildad, la capacidad de identificarse y el deseo de lucha. Esa noche fue una de muchas bendiciones y compartir con las familias, principales gestores del crecer como personas de cada uno de estos jóvenes.

En la celebración de la Eucaristía celebrada con la Clase graduanda Royals 2018 de nuestra Academia Santa Teresita de Naranjito, se les exhortó a los jóvenes: “La amistad es de los regalos más grandes que una persona, que un joven puede tener y puede ofrecer. Es verdad. Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús dice: «Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» (Jn 15, 5). Uno de los secretos más grandes del cristiano radica en ser amigos, amigos de Jesús”. Palabras del Papa Francisco utilizadas en un encuentro con jóvenes latinoamericanos.

Luego del huracán María nuestra Academia quedó bastante maltrecha pero el deseo de levantarse como comunidad nos ayudó a reanudar con firmeza una nueva etapa de crecimiento y caminar en las altas montañas de nuestro pueblo. ¿Qué hay de diferente en estos eventos de este año? Sencillo. Corazones abiertos a vivir cercanos a Dios, luchando por el sentir del hermano y sabiendo que lo realmente valeroso en este caminar ha sido la unidad y que somos una sola Clase porque somos una sola comunidad. ¡Somos Santa Teresita!

Padre José Ramón Figueroa Sáez

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