El pueblo de Dios se reunió para dar gracias a Dios por las vidas ministeriales de P. Ovidio Ortega Lemus y P. José Miguel Cardona en la misa exequial de cuerpo presente el pasado 29 de septiembre en la parroquia San José de Villa Caparra. El Arzobispo Metropolitano de San Juan, Mons. Roberto O. González Nieves, OFM, presidió la Eucaristía que fue muy emotiva y concurrida por sacerdotes, familiares, religiosas y feligreses.
A eso de las 10:45 de la mañana luego del cántico “Morada santa” inició la ceremonia, luego del velatorio celebrado en el mismo templo. Sobre los féretros se encontraban los signos sacerdotales. Durante la homilía, el Arzobispo sostuvo: “Sentimos con profunda tristeza estas muertes, de dos sacerdotes ejemplares que estuvieron entre nosotros construyendo el reino de Dios en las parroquias donde ejercieron su sacerdocio. La muerte de ambos es una pérdida humana que se une a tantas otras pérdidas humanas y materiales que hemos experimentado estos días”.
Entre los presentes eran evidentes gestos de emoción y signos de cariño a los dos sacerdotes. Cabe destacar que fueron muchos los que asistieron al templo a pesar de las dificultades con la gasolina y los obstáculos en las calles.
Por su parte, antes de finalizar la ceremonia, Padre Ricardo Hernández tuvo palabras elocuentes para describir a su hermano sacerdote, Padre Cardona. Fue ejemplar, excelente compañero, un silencioso orante, un voraz lector, un hermano, amigo y un buen servidor, describió el también párroco de San José sobre el fenecido P. José Miguel. “Nos podía aleccionar a muchos de detalles de historia de la Iglesia y de todos los protocolos habidos y por haber del mundo eclesiástico; y al mismo tiempo darnos las anécdotas y relatos inesperados y súbitos de la vida boricua. Así pasó, como un siervo bueno”, dijo P. Ricardo.
Por otro lado, P. Rodney Algarín destacó el ánimo incansable de servicio que tuvo P. Ortega, aunque en varios momentos se le quebró la voz. “Padre Ovidio fue un hombre muy sencillo. Fue como un padre para mí. Cómo olvidar su devoción al Divino Niño”. Al final compartió una de las enseñanzas más elocuentes que recibió de su maestro, “si algún día te equivocas entre la justicia y la misericordia decídete por la misericordia”.
Asimismo, Mons. Antonio José “Tito” Vázquez sostuvo que la muerte de ambos no se trata de que se fueron, sino de qué nos dejaron. Sobre P. Ovidio comentó que “dejó de ser de él para ser de los demás. Tenemos que aprender a ser agradecidos. Fue una experiencia preciosa haberlo tenido por tantos años. Seguiremos recordándolo. Lo mejor es que los despidamos a ambos con un fuerte aplauso”.
Se agradeció a Servicios Funerarios Católicos (SFC) por encargarse del proceso de las exequias de ambos presbíteros.
Luego del responso realizado por el Arzobispo, los restos mortales de los sacerdotes fueron trasladados hasta las puertas de la iglesia y de allí a los carros fúnebres. Los restos de Padre Ovidio se trasladaron al Centro de Cremación de SFC; los de P. José Miguel fueron a San Antonio de Padua en Dorado para otra misa y luego al Cementerio Municipal del mencionado pueblo.
Descansen en paz P. Ovidio y P. José Miguel.