Por las Diócesis | Edición 52: 28 de diciembre de 2014 al 3 de enero de 2015


Padre Jean Augustal Jean Julien

Para El Visitante

El pasado domingo, 7 de diciembre de 2014, los feligreses de la Parroquia Santiago Apóstol e Inmaculada Concepción de Vieques, junto a su pastor el Padre Jean Augustal Jean Julien, el grupo Peregrinos con Jesús y María de Yabucoa, además de turistas que visitaban la Isla Nena, celebraron el 170 aniversario de fundación de la misma.

Fue el 1ro de enero de 1844 cuando se fijó la santa cruz en el sitio en donde debía construirse la Iglesia Católica de Vieques. Previamente, se había designado como cura párroco fundador Parroquia Vieques Edic 52-14a Don José Granados. Cabe señalar que, desde el 10 de enero de 1844, en reunión con el Gobernador Sainz, el párroco fundador, los nobles residentes de la colonia de Vieques y su recién nacido pueblo eligieron como su patrono tutelar a Santiago Apóstol. Sin embargo, resultó que años después esta parroquia cambió el tutelar de Santiago Apóstol por la Inmaculada Concepción, respondiendo a la ferviente devoción popular del pueblo viequense a la Virgen María. Hace poco tiempo Santiago Apóstol fue restablecido con la Inmaculada Concepción como co-patrona por S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo fundador de la Diócesis de Fajardo-Humacao, después de enterarse por medio de investigaciones que Santiago Apóstol había sido el primer patrón de la Isla Nena.

Por tanto, bajo el patronato de Santiago Apóstol y la Inmaculada Concepción, se celebraron los 170 años de aniversario parroquial. Con la Novena a la Virgen Inmaculada, una Noche de Acción de Gracias y de Alabanzas, y con un Rosario Cantado, nuestra feligresía manifestó su fe, su devoción y su espíritu de regocijo en la plaza pública Luis Muñoz Rivera de Vieques. Las actividades culminaron el domingo, 7 de diciembre de 2014, con la Santa Eucaristía y la  coronación de la Virgen de la Inmaculada. Son 170 años de acompañamiento patronal de Santiago Apóstol y la Virgen Inmaculada, de evangelización y devoción en el pueblo viequense.

Por providencia, pudimos meditar el Evangelio del segundo domingo de Adviento, en el que se escucha “un llamado de Dios” y se nos exhorta a un nuevo comienzo, un nuevo éxodo, a desprendernos de todo lo superfluo, como se viaja por el desierto. Hemos escuchado la voz de Juan el Bautista, que clama en el desierto de nuestros corazones: “¡Preparen el camino del Señor, tracen en la planicie un sendero para nuestro Dios!”. Desde hace 170 años, nuestra parroquia se levanta como Juan el Bautista en el desierto de nuestra desolación, acompañándonos en nuestro caminar hacia el Reino de Dios. Acompañamiento que hemos percibido en las luchas históricas para alcanzar nuestra dignidad de hijos de Dios y de hermanos, a la que estamos llamados y se nos revela en su Hijo Jesucristo.

170 años de fundación celebrados entre luces y sombras

Luz desde hace 170 años, porque esta parroquia ha sido y sigue siendo una luz en medio de las sombras históricas que rodean la Isla Nena. Luz en la actualidad que nos sigue iluminando y hablándonos, desde la Iglesia, con la Iglesia y para la Iglesia. Con la voz de los Obispos en Aparecida, Brasil, y la de nuestro Pastor, S.E.R. Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis de El Yunque, se nos llama a escuchar la voz de Dios como discípulos misioneros en su Hijo Jesucristo. Se nos llama a salir de nuestras paredes y a hacer de nuestras parroquias “escuelas de comunión, espacios de la iniciación cristiana, de la educación y celebración de la fe, abiertas a la diversidad de carismas, servicios y ministerios, organizadas de modo comunitario y responsable… atentas a la diversidad cultural de sus habitantes, abiertas a los proyectos, pastorales y supra-parroquiales y a las realidades circundantes”(A 170).

Se nos llama a dejarnos iluminar con su Espíritu para responder como discípulos misioneros a las sombras actuales que siguen siendo muchas. Porque la Isla de Vieques, donde vivimos nuestra fe  y expresamos nuestra misión, sigue marcada por una gran pobreza, aislada por su condición geográfica y las pésimas condiciones de transportación, y casi olvidada por el gobierno central de Puerto Rico. Según el Censo de 2010, el nivel de pobreza sería de 53.1% para una población de 9,301 habitantes. El nivel de desempleo sería de 23% con un ingreso promedio de alrededor de $8,054. Tanto en el pasado como en el presente, los líderes políticos de Vieques no han podido lograr resolver los problemas mayores de la población: la transportación, la salud, el desempleo, el mercado de la droga. Esta última, con su paquete de consecuencias como la criminalidad que provoca resentimientos y sentimientos de temor e incertidumbre. La consecuencia inmediata de estas situaciones sociales es la migración de la población de todas las edades hacia la Isla Grande o a los Estados Unidos.

En Vieques, después de la escuela superior, los jóvenes están obligados a irse a estudiar fuera de su pueblo, si quieren prepararse para alcanzar sus metas. Luego de estudiar, no regresan porque no hay trabajo, además de pocas posibilidades de hacer de sus estudios una carrera. Por falta de servicios de salud y el problema crónico de la transportación, asistimos pasivamente a un flujo migratorio de la población de la tercera edad o edad doradora, tradicionalmente estable. Estas situaciones vienen a desmembrar más a las familias, ya fragilizadas por la precariedad económica.

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