Pasó la ceremonia, el rito, la recepción, los fuegos artificiales de la luna de miel. ¿Y ahora qué? Eso nos preguntamos en Renovación Conyugal al ver esas parejas que ya cumplieron los 5 años después de su boda. Y como nos interesaba escuchar la respuesta de estas parejas, se nos ocurrió inventar un encuentro con ellas para esa evaluación. Ampliamos: estamos pensando en las parejas que ya llevan de 1 a 5 años de matrimonio. ¿Cómo ha transcurrido esa primera etapa? ¿Qué dificultades han podido capear? ¿Qué logros nuevos en esa relación humana? ¿Qué nuevos objetivos se están trazando? Esto va bien con aquello que dice que “amor no es mirarse ambos a los ojos, sino ambos mirar en la misma dirección”.
A esta experiencia de un día la hemos llamado “Betania”. Sabroso nombre. Despierta intimidad, acogida, descanso, conversación amiga, abrazos. Es lo que recibiría Jesús cuando, pasados los encontronazos en el templo con los dirigentes judíos, caminaba esos pocos kilómetros a descansar con sus amigos Lázaro, Marta y María. Todo eso queremos que incluya esa actividad que proyectamos para el domingo, 29 de octubre en nuestra Casa P. Fernando.
La experiencia nos recuerda dos cosas: que la vida conyugal se dificulta cuando viene la convivencia matrimonial. El compartir la vida de forma continua, no en los encuentros pautados para el fin de semana, produce la caída de las máscaras que todos nos ponemos para ser aceptados. Y entonces brotan las diferencias, los choques, los conflictos. Lo otro que nos recuerda es que las parejas piensan que se logró el matrimonio al decir: “Te acepto”. Y la triste consecuencia es que la vida de muchos casados sigue resbalando como el agua de la quebrada sobre las piedras, sin detenerse a examinar qué está pasando.
La evaluación en la marcha es capital para todo el que anhela el éxito. Se da en el mundo empresarial. Al empleado se le evalúa durante unos meses antes de comprometerse el patrono con aceptarlo en nómina. El comerciante está atento a lo que sucede en el mercado: cuál es la moda, qué se vende, cómo se las arregla la competencia. Y lo hacen porque desean triunfar en su negocio, como el comprador de bonos mira a cada rato cómo van las operaciones de Bolsa en Wall Street. Pero la experiencia dice que pocos matrimonios sacan tiempo en la marcha para decirse qué agradezco, en qué conseguimos éxito, qué me perturba o inquieta, qué no estoy dispuesto a seguir aguantando.
Nuestra Betania quiere ser eso: evaluar, junto con otros, lo que ha sido tu marcha como pareja en esa primera etapa. Es una etapa de ajuste entre dos personas, en que los choques naturales surgirán, porque no somos iguales ¡nunca! Es momento para evaluar, y poner al día, los temas que compartimos con esas parejas en el Taller de novios. Para la pareja individual es momento para tomarse la radiografía, verse por dentro, y esto hacerlo en el ambiente relajado que les recuerda cuando tomaron con nosotros el taller.
Les adelanto algo. En una Betania anterior nos llamó la atención el hecho de que el presupuesto y uso del dinero fue donde la mayor parte de aquellas parejas habían cometido errores, que ya estaban pagando. Se parece un poco a lo que nuestro país está sufriendo después de emisiones locas de bonos para ir apagando el fuego del momento. Dicen que “mal de muchos consuelo de tontos”. Pero aquí anima constatar que los problemas humanos son los mismos. Y si otros reconocieron el problema y programaron ajustes, eso me da a mí un ‘la’para comenzar los míos. Invitamos a todas las parejas que están entre 1 a 5 años de convivencia a que nos acompañen ese día: domingo, 29 de octubre en Casa P. Fernando. Llamar para informarse al 787-751-6001.
(P. Jorge Ambert, S.J.)