¿Se puede trabajar para ser santos en tiempos de dificultad durante la pandemia? “Sí porque Dios no se ha apartado del mundo, Dios está detrás de todo, es la providencia divina”. Así lo dejó meridianamente claro P. Juan Ignacio Ballesteros del Opus Dei en conversación con El Visitante. Ahora bien, cuando la meta es clara los detalles brillan por su importancia. La verdadera pregunta es cómo lograr esa santidad anhelada en tiempos complejos. P. Ballesteros propuso un simple ABC para poder ir laborando en una vida más llena de la gracia de Dios.
Aclaró que no hay que tener tanta prisa porque la santidad solo se alcanza al morir, pero “debemos saber el camino”. No hay atajos. Señaló que la propuesta de la Iglesia son las virtudes heroicas en ese demostrar el amor a Dios. “No debemos de pensar en cosas extrañas como si cada día estuviéramos muriéndonos, sino que debemos de ver esa santidad que Jesús propone en el Evangelio que es radical. Esa sí es radical”, dijo P. Ballesteros.
Sobre los pasos a seguir, indicó: “Pienso que le ABC sería, por un lado, ver que es posible porque tenemos a Jesucristo. Segundo, para seguir a Jesucristo hay que ser radical. Diríamos que si uno se mueve por el relajo nunca se puede ser santo porque ni una cosa ni la otra. Pienso que hay que tener esa convicción. Luego, buscar los medios de santificación: penitencia y santa misa. Y buscar el acompañamiento de otras personas. Bien laicos o sacerdotes”. Hay que recordar que quien llevo a San Juan Pablo II a su vocación fue un laico.
No en Disney, sino en el mundo real
Dejó claro que se puede ser santos incluso en medio de la pandemia, pero, propuso reflexionar sobre el tiempo actual. “Nosotros no hemos entendido el por qué Dios ha permitido la pandemia. Pero obviamente los cristianos consideramos que si Dios quisiera no existiría la pandemia, como tantas cosas buenas o malas. Dios lo ha permitido. ¿Qué es lo que Dios quiere sacar de bueno? Eso es lo que cada uno se tiene que preguntar. El Papa en varios momentos se lo ha preguntado, ¿vamos a salir mejor o peor de esta pandemia? Porque igual no vamos a salir”, indicó.
“Yo creo que sí, se puede ser santo en el mundo, en medio de nuestras ocupaciones, en nuestras realidades. Es una espiritualidad que yo he vivido, es la espiritualidad del Opus Dei, es saber encontrar a Dios en las realidades cotidianas. Y hay muchas personas que me dan mucho ejemplo de que es posible. No es el mundo de Disney, sino que es el mundo real que se puede vivir y santificar”, detalló.
Indiferencia que mata…
Este es uno de los pecados que el Papa Francisco ha insistido. Sobre el tema urgente explicó que el Papa propone una contraposición entre el amor al dinero y el amor al prójimo, “como si quisiera hacernos ver que el amor al dinero nos hace despreciar al otro”. El que no trabaja, el vulnerable o el que tiene alguna clase de incapacidad no es rentable o tan eficiente y por esto no trae mayores beneficios económicos. Por ello son descartados por la sociedad. “Podemos encontrar distintas posibilidades donde caemos en la indiferencia porque aquella persona no nos trae un beneficio económico. También, por tanto, se puede ver una cultura inclinada al placer, más hedonista. La cultura de lo inmediato”, apuntó P. Ballesteros con la urgencia a ser más sensibles ante el dolor y necesidad del prójimo vulnerable.