El 22 de julio se celebra la fiesta de Santa María Magdalena, quien tuvo un lugar privilegiado entre las mujeres que, junto a los Apóstoles, siguieron a Jesús durante su vida pública presenciando los milagros y predicaciones. Y estuvo presente en la Pasión y Resurrección de Cristo.

Hay que destacar que el Papa Francisco elevó su celebración litúrgica de memoria obligatoria a fiesta, mediante decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos con fecha del 3 de junio de 2016. Ocurrido en la coyuntura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia en 2016. Esto con la intención de evidenciar la importancia de la figura de María Magdalena que ha sido nombrada primera en anunciar la Resurrección, vio el rostro del Resucitado y “Apóstol de los Apóstoles”.

El Santo Padre destacó entonces que María Magdalena se debió enfrentar al fracaso de sus esperanzas al no encontrar el cuerpo del Señor en el sepulcro. En ese momento, afirmó el Papa que “no dice ‘he fracasado’, no. Simplemente llora.[…] A veces en nuestra vida los anteojos para ver a Jesús son las lágrimas”.

En Puerto Rico las instalación es de Servicios Funerarios Católicos en la Calle San Jorge de Santurce cuentan con la Capilla dedicada a Santa María Magdalena, testigo de la Resurrección. El altar fue bendecido el 19 de abril de 2018.

Confusión de María Magdalena con otras

El tema es complicado. Son varios personajes bíblicos que se llaman María (un nombre usual en la época) o que son anónimas. Algunas interpretaciones han querido mezclarlas como se puede ver a menudo en las películas o novelas de ficción. Se puede distinguir claramente entre cuatro personajes bíblicos que no son la misma persona y que es la tradición de interpretación bíblica más aceptada:

La primera es María Magdalena, la primera del grupo de mujeres que acompañaban a Jesús (Mt 27, 57; Lc8,2), que presenció la Pasión (Mc 15, 40), la Resurrección (Jn20,15) y que Jesús expulsó siete demonios de ella (Lc 8, 2). La segunda es María de Betania, hermana de Marta y Lázaro (Jn 11; Lc 10).

La tercera es la pecadora pública anónima que fue perdonada y que limpia los pies de Jesús con perfume(7,36-50) cuya nota explicativa en la Biblia de Jerusalén detalla: “No debe identificarse a la pecadora de este episodio ni con María de Betania ni con María Magdalena). Y una cuarta es la mujer anónima sorprendida en adulterio(Jn 8,1-11) que iba a ser apedreada y que fue perdonada. ■

Enrique I. López López
e.lopez@elvisitantepr.com
Twitter: @Enrique_LopezEV

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