“El rosario nos ayuda a seguir el camino, a perseverar y nos da fuerza cuando ya no podemos más”, así describió Noelia Alverio del equipo del Programa de Verano Misionero, lo que recibe cada vez que reza el Rosario Misionero, al preguntársele por la conexión que existe entre el rosario y la experiencia de misión. Esto enmarcado en el inicio del mes de octubre que se dedica al Rosario.

“El rosario es base. Nosotros tenemos a María como la primera misionera. La tenemos de ejemplo por su sí al llamado de ser la madre de Jesús. A través del rosario llegamos a Jesús meditando sus misterios. Esa es una de las razones por las que el rosario nos ayuda en esas experiencias de misión y por eso siempre debemos estar ligados a él”, indicó.

Sobre el rosario misionero, explicó que este se identifica con colores, uno por cada uno de los cinco continentes. El primer misterio es de color verde y representa a África, el segundo de color rojo y se reza por América. Mientras, el tercero es blanco que corresponde a Europa. El cuarto misterio, azul en el que se recuerda a Oceanía y el quinto misterio es de color amarillo y representa al continente de Asia.

Del mismo modo, recordó que San Juan XXIII decía que rezaba el rosario misionero diariamente porque como Papa debía orar por la humanidad entera y mediante el rezo del rosario misionero podía hacerlo. Relacionado al modo de rezarlo, destacó que: “Se rezan los misterios que tocan, pero se le añade una petición específica que se hace por el continente y luego se reza de la forma tradicional”.

Continuó diciendo que “la mayor diferencia entre el rosario tradicional y el misionero, son las letanías. En vez de hacer las que son inspiradas en María, en el misionero, se pide la intercesión a los santos de cada uno de los cinco continentes. De esta forma vemos que no solo hay santos en América, sino que hay personas en otros continentes que también se dedicaron a la misión ad gentes y que hubo mártires de otros países que también murieron por defender el Evangelio”.

Al indagar de qué forma el rosario misionero enriquece la vida de los que optan por una experiencia de este tipo, aceptó que “a veces nos enfrentamos a realidades que nosotros no conocemos y se puede sentir temor ante lo desconocido. Por ejemplo, estuve de misión en Leticia, Colombia. Uno se asusta porque piensa que va a ir a la selva. Cuando meditamos el rosario misionero vemos la misión de Jesús y María dentro de su experiencia de vida.

Entonces ahí nos apoyamos, porque no importa dónde vayamos, Jesús y María siempre van con nosotros”. ■

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com

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