Imagínese estar sentado en la sala de su hogar viendo televisión sin poder comprender qué sucede con la imagen en la pantalla porque no escucha nada. Ni los carros que pasan por la calle, ni el cantar de los pájaros o, peor aún, lo que le dicen las personas a su alrededor. Este es el panorama que podría enfrentar de no cuidar su audición sobre todo en las fiestas navideñas que se aproximan, especialmente en lugares donde hay pirotecnia.
Según Eugenio Gómez, M.S., director clínico en audiología de Precision Hearing and Balance Center, la audición es algo precioso y adorado que muchas veces no se valora porque ya se tiene. Sin embargo, afirmó que: “Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
Si bien los decibeles (unidad de medida del sonido) emitidos por la pirotecnia pueden variar según la distancia a la que se encuentre el individuo, el impacto de sonido registrado puede superar los 120 decibeles. Mientras que el oído humano puede soportar hasta un máximo de 80 decibeles, por lo que la regulación de la industria sostiene que luego de los 90 decibeles se debe usar equipo protector.
Por ejemplo, en esta época del año es común el uso de petardos, fuegos artificiales y cuartos de dinamita (cherry bomb), por mencionar algunos. Este último puede emitir una explosión superior a los 110 decibeles.
A pesar de las distintas campañas por parte de las autoridades y organizaciones acerca de la ilegalidad de estos explosivos, el especialista coincidió que “la pirotecnia es algo que se le debe dejar a los profesionales certificados”. Sin embargo, enfatizó que es importante velar no solo por la audición de sí mismo sino también de los que le rodean.
“Especialmente los que usan la pirotecnia, a veces tienden a tirarla cerca de la gente, como si fuera un juego. En eso pueden fácilmente volarse un dedo o volarle un dedo a alguien y puede dejar sordo a cualquiera”, recalcó a la vez que advirtió que la pérdida de audición no discrimina por edad.
De acuerdo con el audiólogo, los pacientes que atienden con relación al uso de la pirotecnia fluctúan entre las edades de 10 a 40 años, aunque pueden variar. Asimismo, señaló que entre los daños provocados por los sonidos o explosiones altas que afectan el laberinto del oído interno se encuentran la ruptura de la membrana del tímpano, sangrado, tinitus -ruido o silbido no deseado, producto del mismo oído-, mareos, vértigos y desbalances. Esta pérdida de audición puede ser transitoria o permanente. No obstante, la pérdida de audición del nervio auditivo se puede tratar colocando audífonos.
El experto con 33 años de experiencia, recordó que años atrás atendió a un joven de unos 27 años “que prendió un cuarto de dinamita y cuando lo fue a tirar le explotó como a un pie y medio de la mano. Además de causarle quemaduras, le provocó una pérdida de audición significativa en el oído derecho”.
A su vez, aseguró que perder la capacidad de escuchar correctamente resulta en un trauma, por lo que el individuo requiere entrar en un proceso de rehabilitación auditivo y psicológico. “Para cualquier persona que pierda la audición repentinamente, en un oído o en los dos de forma parcial o completa, es un trauma bien grande”, explicó.
Para destacar la importancia de la audición, Gómez compartió que: “En una ocasión a Hellen Keller (activista estadounidense sorda y ciega), le preguntaron que si Dios pudiera devolverle uno de los dos sentidos, la vista o la audición, cuál ella escogería, y ella dijo que escogería la audición”.
“Nosotros somos seres humanos para compartir. Si yo tuviera problemas de audición, hay ciertos puntos que yo quiero acentuar que no lo puedo hacer por escrito porque no tienen emotividad”, puntualizó.
(Precision Hearing and Balance Center cuenta con oficinas alrededor de la isla. Para información puede comunicarse a: San Juan (787)723-4100, Caguas (787)703-3688, Ponce (787)290-4233 o Mayagüez (787)834-3088).