Llega el mes de julio y automáticamente todos los devotos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, conocida popularmente como la Virgen del Carmen, comienzan los preparativos para celebrar tanto la novena como la fiesta en honor a esta advocación mariana. Así también lo hace Monseñor Luis Francisco Miranda, O. Carm., Obispo de la Diócesis más joven de Puerto Rico, Fajardo-Humacao, pues la Virgen del Carmen es la copatrona diocesana y por eso, los fieles que peregrinan al este de la Isla le tienen mucho cariño. La Virgen del Carmen, además de ser nuestra Madre, “es nuestra hermana”, apuntó el prelado.
La Virgen María ha estado presente en su vida desde siempre, pues vivió la espiritualidad carmelita en la Parroquia Santa Teresita en Santurce, comunidad de la cual tiempo después se convirtió en párroco. Su abuela lo llevaba a la novena de la Virgen del Carmen y su familia estuvo involucrada directamente con la orden carmelita, pues según reveló a este semanario, el primer fraile carmelita puertorriqueño fue su tío: Fray José María Acevedo. “Hablar del carmelo es hablar de mi vida”, apuntó. “Como obispo, la Madre ha seguido conmigo”. “Ella es la guía, es la señora del lugar, es la capitana”, como le llama cariñosamente monseñor.
Devoción al Carmelo
“Desde 1920” -comentó monseñor- los carmelitas han permanecido en Puerto Rico evangelizando. Fueron las monjas carmelitas quienes trajeron la devoción originalmente, siendo los frailes quienes se establecieron por primera vez en la Isla municipio de Culebra. El Beato Ludovico Ayet fue uno de esos carmelitas que realizó su servicio junto a los culebrenses. Anterior a monseñor Luis hubo dos obispos carmelitas en Puerto Rico. La Cofradía de la Virgen del Carmen ha estado presente hasta la fecha y más de 400 carmelitas terciarios (laicos) mantienen la devoción a flote en la Isla del Encanto. “Es la Virgen del pueblo”, acentuó el fraile.
La Virgen del Carmen es la patrona y protectora de los pescadores, quienes viven con devoción a esta advocación. Por eso, es muy común ver parroquias y capillas en las zonas costeras bajo su patronato. En Puerto Rico son 9 los municipios que tienen a la Virgen del Carmen como patrona: Arroyo, Barceloneta, Cataño, Cidra, Culebra, Hatillo, Morovis, Río Grande y Villalba. Esto sin contar el sinnúmero de parroquias y capillas adicionales bajo su patronato en el resto de la Isla.
En el este, las parroquias de Río Grande, Culebra y la Playa de Punta Santiago en Humacao son las únicas dedicadas a esta advocación en la Diócesis. Sin embargo, los fieles laicos de Fajardo-Humacao le tienen mucha devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo. La asistencia a las procesiones, los novenarios y fiestas patronales son muestras que hablan por sí solas. Esta “es una devoción que trasciende y es de gente sencilla”, enfatizó Miranda.
Todos los años, en la fiesta de la Virgen del Carmen, tanto monseñor Luis como los sacerdotes y frailes carmelitas, al igual que las parroquias que la Virgen del Carmen es su patrona se impone el Santo Escapulario, un sacramental muy conocido en todo el mundo. Este sacramental fue otorgado, junto con los hábitos carmelitas, por la misma Virgen María en una aparición a San Simón Stock el 16 de julio de 1251. Obispo Luis siempre realiza la imposición del santo escapulario a los fieles cada vez que celebra un bautismo, primera comunión o confirmación.
“Ella nos conduce a Jesús”, y es que para amar a María y pedir su intercesión “no hay que hacer mucho”. Llevar el escapulario, imitar sus virtudes: el servicio, la humildad, su sí generoso, estar al pie de la cruz, su valentía y rezar el Rosario, son algunas de las cosas que hay que hacer, dice el padre y pastor de Fajardo-Humacao. “Trabajar por el Reino de Dios, ser valiente y no quedarnos de brazos cruzados”, estar a la disposición de Dios y no callar ante las injusticias fue el llamado final de Mons. Luis Francisco Miranda al Pueblo Santo de Dios.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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