Durante el mes de diciembre del pasado año, Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis de Caguas dialogó con El Visitante durante el primer Simposio Nacional Misionológico del Sexto Congreso Americano Misionero (CAM6) Puerto Rico 2024, que se realizó en Casa Manresa, Aibonito. En este encuentro, hizo eco sobre el ardor requerido para ser “un verdadero discípulo misionero”. Esto busca precisamente el CAM6 para todo el continente americano: reavivar la fe y anunciar la Buena Nueva a quienes no la conocen de una manera nueva y refrescante. 

“Ser discípulos –misioneros– es el mandato de Jesús. Y, con la dimensión discipular misionera, la Iglesia y los obispos tenemos que estar muy conscientes de esa dimensión y llamada. En todo lo que hacemos y somos se vive o se lleva a la realidad. El discipulado misionero se convierte en una bendición porque es una llamada que se pretende hacer a todos los bautizados, para que despertemos esa conciencia de ser discípulos misioneros. Por tanto, debe estar presente en el corazón de cada persona bautizada”, manifestó Monseñor Eusebio. 

Ramos Morales recordó que fue nombrado obispo, “precisamente un año después” de la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana y del Caribe de Aparecida, realizada en el 2007. Esta tuvo como llamado el discipulado misionero en el continente y tenía como propósito analizar la situación de la Iglesia de América y trazar un rumbo para el futuro. “Pude comenzar mi vida ministerial –en el 2008– bañando por esa dimensión misionera que nos propone Aparecida”, añadió. 

En el documento final de Aparecida, se plantea que debemos “asumir la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios y recordar a los fieles que, en virtud de su bautismo, todos estamos llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo […] a fin de encontrar nuevos cauces para la transmisión de la fe”. 

Siendo Puerto Rico la sede del CAM6, Mons. Eusebio reconoció que es una “gracia” y “bendición” para nuestro país. “Que esta reflexión se esté teniendo, cuando el país vive momentos difíciles y la Iglesia misma tiene múltiples desafíos… para mi es una señal de mucha esperanza y comunión. Aquí está el Pueblo de Dios reflexionando, analizando y orando por esa llamada sinodal-misionera que nos pide el Santo Padre y la Iglesia. Doy gracias al Señor por esta experiencia y por lo que siembra en el corazón del laicado que está participando: la fe, la alegría y el ardor misionero. Que podamos regresar a las parroquias a seguir trabajando el Congreso e impulsar en nuestros lideres y agentes de pastoral con más conciencia la dimensión misionera que necesitamos asumir y acoger”, finalizó el Obispo de Caguas. Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Qué estamos haciendo nosotros como cristianos para ser sus discípulos misioneros en el mundo? 

Jorge L. Rodríguez Guzmán

j.rodriguez@elvisitantepr.com

Twitter: jrodriguezev 

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