Es común escuchar que el sol es la fuente principal que produce daños en la piel por la emisión de radiación ultravioleta (UV). Sin embargo, existen fuentes artificiales de luz como las lámparas fluorescentes, monitores, focos incandescentes, entre otros que también tienen la capacidad de emitir radiación UV y manchar la piel, principalmente del rostro. No obstante, el daño dependerá de qué tan cerca se esté a ellas.
De acuerdo con la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) la exposición a la luz artificial durante 8 horas a menos de 30 centímetros de distancia equivale a un minuto y 20 segundos de exposición directa al sol. Cabe destacar que aunque estas fuentes no son tan agresiva como los rayos del sol, la constante exposición a ellas contribuye a pigmentar la piel.
Las personas más sensibles son las de tez muy blanca, latinas, aquellas que están tomando algún medicamento de reposición hormonal (anticonceptivos orales, antibióticos o vitaminas con hierro), y las mayores de 30 años. Por lo general, las manchas aparecen si la presencia ante estas luces es mayor a las seis horas diarias y, sobre todo, si no se usa un protector solar adecuado.
Por lo general, los tipos de manchas que se presentan son hipercrómicas (manchas cuyo color esta unos tonos por debajo del color de la piel, la zona de la mancha parece mas clara que el resto de la piel), como los melasmas (pigmentación de color marrón a agrisada) o lentigos solares (manchas marrón homogéneo, de bordes muy irregulares) que pueden aparecer en un año o más.
Para prevenir estos problemas se recomienda usar un protector solar indicado para cada tipo de piel de factor 20 o 30 (se debe aplicar cada seis horas), descansar cada hora unos cinco minutos de la exposición a la pantalla, tomar antioxidantes o alimentos que lo contengan; tomar mucha agua diariamente, aplicarse un hidratante facial y hacerse una exfoliación cada 15 días.
De otro lado, como parte de las medidas de precaución, en el caso de las computadoras puede considerar colocar el monitor con una pequeña inclinación hacia arriba para que los rayos no vayan dirigidos directamente a la cara, usar protector de pantalla y trabajar con un monitor de pantalla plana, ya que estos emiten menor grado de rayos gama que los convencionales.
(Fuentes: Varias)