Proveniente de una familia noble, en su plena juventud era un amante de la caballería medieval. Participó de una lucha entre su ciudad natal y una ciudad cercana. Fue prisionero y enfermó gravemente. Ya recuperado, en la víspera de otra batalla y arrodillado en una capilla de su pueblo tuvo una visión que cambió el rumbo de su vida de manera radical. Lo rechazó todo por vivir la pobreza y vivió como un mendigo pobre entre los pobres.
Con sus ideas radicales de pobreza, humildad y fraternidad, vida evangélica y predicación del amor de Dios fundó la Orden de Frailes Menores. Su primera seguidora fue una mujer, Santa Clara. Inspirada por él fundó las Clarisas. En la actualidad la familia franciscana -que comprende los frailes menores, capuchinos, clarisas, la tercera orden ceglar, hermitaños y muchos otros- es una de las familias religiosas más grandes del planeta.
Fue el primer santo en recibir los estigmas, esto en el actual Santuario de La Verna, Italia. Su contribución ayudó a la renovación de la Iglesia de su tiempo.
Murió el 3 de octubre de 1226 a sus 44 años, en su natal Asís. Dos años más tarde fue canonizado. Su fiesta litúrgica se celebra el 4 de octubre. Aunque muchos lo pudieran conocer como “el pobrecillo de Asís”, el patrón de Italia, de los animales y del medio ambiente, su nombre es San Francisco de Asís.
Redacción
El Visitante