En la primera lectura del Libro del Génesis, se nos presenta la Alianza que establecen Dios y Abraham, en donde Dios le promete que su descendencia será más numerosa que las estrellas del cielo o las arenas del mar.
En la segunda lectura, de la Carta a los Filipenses, San Pablo nos recuerda que somos ciudadanos del cielo y por eso tendremos muchos enemigos. Nuestras miras, por tanto, no pueden estar puestas en las cosas terrenas sino en las celestiales.
En el Evangelio hoy tenemos la Transfiguración del Señor, en la versión de San Lucas. Lo que hace esta versión diferente a las demás es que en San Lucas se nos presenta de qué trata la conversación entre Jesús, Moisés y Elías. La Cuaresma no es solamente el tiempo penitencial por excelencia, sino también el tiempo de preparación de los catecúmenos (candidatos al bautismo), para la Vigilia Pascual.
Es por eso que, durante la Cuaresma, en las primeras lecturas se nos presentarán momentos claves de la historia de la Salvación, para que los que se van a bautizar conozcan su fe, conozcan como fue el proceso revelador y salvífico de Dios hasta la venida de Cristo. En la primera lectura de hoy vemos el pasaje de las promesas de Dios a Abraham, que serán la base del Antiguo Testamento. Pero al mismo tiempo, la primera lectura nos sirve como repaso a nosotros sobre nuestra historia de Salvación.
San Pablo nos va recordando algo que Cristo le advirtió a los Apóstoles en la Última Cena: que estamos en este mundo pero que no somos de él y que, por tanto, los que le pertenecen a este mundo nos van a odiar. Este anuncio de San Pablo nos debe de servir de aliciente para cuando la gente se burle de nosotros por nuestra fe.
La Transfiguración del Señor es el tema de todos los segundos domingos de Cuaresma, y variará de acuerdo con el Ciclo. La Transfiguración es un momento extrañísimo en la vida de Jesús. A primera impresión, nos impacta, nos trastoca, nos desconcierta porque no sabemos qué es. La Transfiguración no es otra cosa que, por un momento, Jesucristo se revela a estos tres apóstoles como el Dios que realmente es Él. Es Cristo en su versión más pura; es el Mesías prometido desde el Antiguo Testamento. Es por eso que, ante Él, se presentan Moisés-que representa la Ley, y Elías- que representa el profetismo. Lo que hace la versión de San Lucas distinta de las demás es que se nos revela de qué hablan: de su Pasión.
El episodio de la Transfiguración sucede durante el camino de Jesucristo con sus Apóstoles a Jerusalén para su Pasión y Muerte. Este episodio ocurre por tres razones: es el Padre animando a su Hijo a seguir hasta culminar su obra redentora. La segunda razón es para que, cuando los Apóstoles lo vean a Él pendiendo de la Cruz, se acuerden de este momento y se llenen de ánimo. El tercero es para recordarnos que nuestros cuerpos están llamados a ser transfigurados y glorificados como el de Jesucristo, pero, para poder llegar a esa gloria, tenemos que estar dispuestos a pasar por la Cruz para entrar a la vida eterna.
Padre Rafael Méndez
Para El Visitante