El 5 de septiembre de 1797 se celebró la primera Eucaristía en el recién concluido templo de la Inmaculada Concepción en Juncos. La construcción se había encomendado a Don Pedro de Matos. El primer párroco, Domingo Torres Vallejo, trasladó el Santísimo Sacramento desde Las Piedras y comenzó así la vida pastoral en Juncos, siendo Obispo Juan Bautista de Zengotita Vengoa.  

Tras un huracán, se reconstruyó la Iglesia en mampostería y ladrillos, a partir de 1818 (paredes, bóveda sobre el ábside, presbiterio, sacristía y una fachada provisional). En 1832 se terminó el altar y en 1869 la fachada actual con la torre y el campanario. La bóveda interior del templo es de las más grandes construidas en el Puerto Rico del siglo XIX.

En la década de 1990 se estableció el Comité Bicentenario para restaurar el Templo como monumento histórico. Un proyecto legislativo para esos fines fue firmado por el gobernador en 1999, y así fue certificado por el Instituto de Cultura al párroco, José M. Calvo. 

Para el 2005, el P. Feliciano Rodríguez Domínguez reasumió la reconstrucción. Se requería levantar un presupuesto millonario, por lo que se realizó, con la coordinación del Grupo Tradiciones Junqueño, una promesa de diez años a partir de la fecha de los Santos Reyes, cuando el templo había sido declarado monumento histórico. En  junio de 2011 se hicieron los actos de la reapertura, con la bendición por el P. Obispo Rubén González Medina.

Han pasado por Juncos ciento nueve párrocos y vicarios, destacándose recientemente los Padres del Espíritu Santo (1947-1986) y luego los sacerdotes de la Diócesis de Caguas. P. José M. Calvo introdujo el proyecto de “Pastoral de Conjunto”. P. Feliciano Rodríguez Domínguez se destacó por una prédica campechana, reflexión profunda, la denuncia por la justicia social, y llevó a feliz término la reconstrucción del templo. Actualmente, el P. Ángel L. Cintrón Ortiz (Padre Canito) se distingue como predicador que lleva el mensaje desde una óptica reflexiva, pedagógica y catequética, utilizando la música, el canto, la pintura y la escritura literaria. Bajo su pastoreo se saldó la deuda de la reconstrucción.

Se realizan celebraciones eucarísticas diarias en el Templo y los fines de semana en todas sus capillas. Los  Movimientos más activos son Cursillos de Cristiandad, Juan XXIII, Renovación Carismática y Laicos Misioneros, así como la Pastoral Social, de Familia, Juvenil, Catequesis, Liturgia (equipo parroquial, servidores del altar y el Grupo de Danza Litúrgica “Laetare”), y, además, los cursos de introducción al estudio de la Biblia.   

Seis Diáconos aportan su ministerio ordenado. Igualmente, las Hermanas Misioneras de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, apoyan a los laicos misioneros.  

La feligresía está de fiesta para el 225º aniversario, con su Templo restaurado, un museo para los visitantes, una cápsula histórica y una pintura conmemorativa, obra de Elizabeth Laguna. El Obispo Mons. Eusebio Ramos presidirá la celebración el viernes 16 de septiembre a las 6:30 de la noche.

Por: José R. Rodríguez Martínez, PhD

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