Hector Meng Chan Shum Chen es un joven asiático de 32 años que, recientemente, abrazó la fe católica. Nació en Venezuela. Sus padres son de China y, asimismo, su esposa. Hasta este momento, es el único cristiano de su familia. Su vida ha transcurrido entre Venezuela, China, Estados Unidos y Puerto Rico, donde actualmente reside.

En entrevista con El Visitante, contó que, durante su adolescencia, comenzó a crecer en él un especial interés por la ciencia que le motivó a profundizar en la vida de los científicos y sus teorías. Fascinado por el orden y la perfección del universo y el ser humano, percibió que “hay cosas que no se pueden explicar por el simple hecho de la materia”, expresó el joven. En aquel momento, empezó a intuir la llamada que todos tenemos a la trascendencia y decidió “darle paso al Creador”.

A sus 14 años de edad, aproximadamente, emprendió un camino de búsqueda: sectas, distintas iglesias de denominación cristiana, pero siempre quedaba insatisfecho porque pedía explicaciones que nadie sabía darle. Entonces, decidió alejarse por varias razones que resumió en: “necesito más pruebas” y “hay demasiada hipocresía”. De modo que se conformó con decir: “acepto que hay un Dios, pero no puedo afirmarlo”.

Años más tarde, mientras viajaba en auto, resonó una voz a la que, con suave reclamo, le escuchó decir: “¿Qué estás haciendo con mi templo?”. Hector comenzó a caer en la cuenta del camino de pecado en el que se encontraba y se despertaron en él nuevas preguntas, esta vez más relacionadas con el sentido de la vida y su propósito en el mundo. Reinició su búsqueda, en la que perseveró aun teniendo intensos periodos de oscuridad y angustia, en los cuales no dejaba de invocar a Dios en oración.

Comenzó a adentrarse a la fe católica gracias a algunos amigos, aunque “jamás pensé ser católico”. Aun así, seguía “poniéndole condiciones a Dios”, reconoció Hector con sencillez.

Asimismo, manifestó que llegó un momento en que sólo pudo hacer una cosa: “me rendí”. Ante lo que la razón no alcanzaba, Hector dio paso a la fe y, con ello, también a la obediencia y a la humildad: “aprendí a bajar la cabeza y a obedecer y, para eso, me ayudó mucho la Sagrada Escritura”, dijo.

Luego de una ardua preparación, Hector recibió el Bautismo e hizo su Primera Comunión el 18 de marzo de 2022 en la Parroquia Nuestra Señora de los Siete Dolores de Corozal.

Lo que vivió ese día fue “inexplicable”. Desde entonces procura ser fiel a Dios valiéndose de lo que considera más importante: “la oración, la Confesión y la Eucaristía”. Da testimonio de que “el Espíritu Santo me llevó a conocer la Iglesia Católica” y que “la fe no es irracional, sino razonable”.

“Le doy gracias a Dios por haber conocido la gracia, nuestro sentido de vivir. Ya por la gracia de Dios puedo decir que me enfrento a la vida siempre con paz, con gratitud y con amor”, concluyó.


Vanessa Rolón Nieves

Para El Visitante

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