Gracias Señor por prestarme tu sí, fue el lema de la ordenación presbiteral de P. Edgar Luis Torres Santos que se llevó a cabo la noche del 1 de marzo en el Centro de Pastoral de la comunidad parroquial Nuestra Señora del Carmen en Cidra. La misa fue presidida por Monseñor Rubén A. González Medina, C.M.F., Obispo de Ponce.
La estima hacia el ordenando se hizo evidente ante la concurrida asistencia del pueblo de Dios que dijo presente a la emotiva ceremonia, que estuvo repleta de aplausos, abrazos y lágrimas, y a la que también asistieron familiares, sacerdotes, diáconos y religiosas.
Luego de ser leídas las lecturas, el candidato al Orden Sagrado fue presentado por P. Gerardo Hernández Carrasquillo, superior provincial de la Congregación del Santísimo Redentor. En un paréntesis, algunas amistades cercanas al ordenando, compartieron su testimonio sobre la personalidad, virtudes y cualidades de su estimado amigo, que le hicieron digno de recibir el Sacramento al Orden Sagrado.
El Obispo cuestionó al Provincial si estaba de acuerdo con los testimonios presentados y de inmediato asintió de manera afirmativa.
Con el estilo que le distingue, Padre Obispo Rubén inició la homilía cantando Demos gracias al Señor seguido por la asamblea. “La Palabra de Dios que hemos escuchado presenta la clave con la que el diácono Edgar Luis quiere orientar su vida ministerial”, manifestó.
“Los redentoristas han sido tocados por ese amor y tratan por lo mismo de llevar esa buena nueva al mundo, con especial preferencia a los que viven al margen de la sociedad. Dando así cumplimiento a las Palabras que hemos escuchado en el Evangelio”, aseveró.
“Es probable que alguno de los presentes al participar de esta ordenación, como yo también me lo preguntaba estos días: ‘¿De dónde saca fuerzas Egar Luis, que tiene tantas posibilidades en la vida, para embarcarse en esta loca aventura?’. Porque esto es una aventura. Aventura, Edgar Luis tenlo presente, en qué no se te promete ni gloria, ni triunfos ni aplausos, sino todo lo contrario sufrimientos, malos ratos y cruz”, dijo de manera jocosa.
“Inicias una nueva etapa en tu vida de misionero redentorista. Te animo a que sigas rezando diariamente esa breve oración que me enseñaste el otro día cuando dialogábamos sobre tu ordenación: ‘Gracias Señor por prestarme tu sí’. Creo que resume muy bien tu opción vocacional. Este sí, que has tomado prestado de Jesús implica la decisión de seguirle con todas las consecuencias. No tengas miedo a la luz que supone la fidelidad que Él te pide, pues está iluminada por la luz de la resurrección”, animó.
Asimismo, encomendó a que el corazón de la Virgen Madre sea siempre el hogar y la escuela donde como hijo fiel encuentres la fuerza para vivir su vocación misionera de presbítero redentorista, y sobre todo, a no cesar anunciar con fuerza que en Cristo hay redención abundante.
Concluida la homilía, luego de afirmar su deseo de ingresar al ministerio sacerdotal, el candidato se puso de rodillas delante del Obispo e hizo las promesas sacerdotales. En ellas se comprometió a servir a Dios, a la Iglesia, y a obedecer al Prelado y sus sucesores.
Luego, se postró de cuerpo entero en el suelo frente al altar, mientras la asamblea cantó las letanías de los santos.
Nuevamente, el candidato se colocó de rodillas para recibir la imposición de manos y la oración consecratoria, que consistió de la invocación al Espíritu Santo con la canción Espíritu Santo Ven Aquí. Acto seguido, fue revestido con la estola sacerdotal y la casulla. Tras la unción de manos, con el fin de consagrarlas al servicio del altar y de la Eucaristía, recibió por parte del Obispo la patena, el cáliz y el abrazo de paz.
“¡Comunidad de los misioneros redentoristas, parroquia Nuestra Señora del Carmen, comunidad de Cidra, les presento oficialmente al Padre Edgar Luis!”, exclamó Padre Obispo Rubén, seguido de gritos de júbilo y un fuerte aplauso por parte de los fieles.
Al finalizar la Eucaristía, el neo presbítero dedicó un breve mensaje en gratitud a Dios, a sus seres queridos y formadores. “Queridos hermanos, para ustedes hoy ya soy sacerdote. Pero realmente me siento cristiano como ustedes. Me siento uno de ustedes y que estoy aquí por la gracia de un Dios que ha querido prestarme su sí. […]”, aseveró, al tiempo que enfatizó si agradecimiento,.
La santa Misa culminó con la bendición del neo profeso al Obispo.
Nilmarie Goyco Suárez
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