Carta Pastoral con motivo de Cuaresma 2018 (ParteVI)
VI. Las tentaciones
20. Esta Cuaresma nos propone cuarenta días para hacernos fuertes y poder, junto a Cristo, vencer las tentaciones.
21. En Puerto Rico, además de las tentaciones individuales, hay muchas tentaciones que estamos llamados a vencer:
22. a. La tentación de la violencia
Pienso en la tentación de la violencia. Cuántas mujeres, niños, niñas y ancianos son víctimas de la violencia. En estos días leímos que en dos ocasiones se tirotearon vehículos de dos compañías de los Estados Unidos que estaban ayudando a restablecer nuestro sistema eléctrico. Y, qué decir de la violencia criminal que el pasado mes de enero sobrepasó los setenta asesinatos. La respuesta no puede ser una enmienda a la Ley de armas de fuego que permita hacer que en Puerto Rico sea más fácil conseguir un arma que un permiso para operar negocios. Aunque existe el derecho a la autoprotección, conscientes de nuestra condición humana, no podemos facilitar un ambiente social sobrecargado de armas de fuego. Hay que vencer la tentación no nos debe describir como pueblo, sino la solidaridad y el amor.
23. Al momento de revisar esta carta pastoral, rompe la trágica noticia del asesinato masivo en la escuela superior Marjory Stoneman Douglas en la localidad de Parkland, en el estado de la Florida en los Estados Unidos. Allí fueron asesinadas 17 personas, en su mayoría estudiantes y otros tanto han resultado heridos. Esta tragedia nos causa dolor a todos y todas. Nos solidarizamos con los familiares de las víctimas, oramos por el descanso eterno de los fallecidos, por la pronta recuperación de los heridos y para que los seres queridos de estas víctimas reciban la fortaleza espiritual y el consuelo para sobrellevar cristianamente tanto dolor.
24. Esta tragedia abre de nuevo el debate del derecho del ciudadano a portar armas y las exigencias de sectores poderosos por hacerlas más accesibles al ciudadano. Resaltaba en un escrito un conocido líder católico en Nueva York, Mario J. Paredes, lo siguiente:
25. “El derecho del ciudadano a portar armas es parte de la cultura americana, se le asocia a la gran expansión al oeste a partir de los 1830, particularmente durante el periodo inmediatamente posterior a la Guerra Civil. La ocupación de esos vastos territorios en poco más de medio siglo, dio lugar a todo un estilo literario y periodístico, con el resultado de hacer del hombre armado una figura de leyenda, the lone ranger, capaz por sí solo de resolver las situaciones más complicadas; valga decirlo, las armas de la época eran de naturaleza esencialmente defensiva, de corto alcance, los revólveres de calibre .44 y .45 solo podían usarlos con eficacia hombres de adecuada estatura, peso y masa muscular; el rifle de repetición llegó en el último cuarto del Siglo XIX, siendo monopolizado por las policías locales, rurales, de los Estados. Las armas de guerra eran de uso exclusivo del Ejército y la Marina, su tenencia y uso por particulares era severamente penada por Ley.
(Este es un extracto de la Carta Pastoral: “Es bueno confiar en el Señor” numerales del 20 al 25).