Don Guillermo Santiago Díaz, mejor conocido como don Guille entre sus familiares y amigos cumple este martes, 13 de febrero, 104 años de vida. Vestido con una camisa blanca, pantalones negros y sentado en un sillón de descanso recibió a El Visitante para compartir las experiencias vividas por más de un siglo.
Al indagar sobre cuál es el secreto para una vida longeva, afirmó que “le voy a explicar, soy una persona que siempre me he pasado en la Iglesia católica. Desde que me casé siempre he estado involucrado en la Iglesia, fui monaguillo, ministro de la comunión y pertenecí al Santo Nombre. Nunca he fumado, ni bebido”.
Precisó que es natural del Barrio Gato de Orocovis y aunque no recuerda exactamente cuándo se mudó al área metropolitana, su hijo menor que lleva su mismo nombre, y que está a cargo de su cuidado aseguró que deben ser más de 60 años porque él nació en Carolina y ya tiene 63 años.
Don Guillermo recordó que mientras vivía en Orocovis laboró en la finca que era propiedad de don Bernard Pedroza. Allí estaba a cargo de 200 o 300 cuerdas que se dividían entre cultivos y ganado. “Yo tenía que llevar a casa del patrón, en el pueblo, los plátanos, guineos y otros frutos que se cultivaban en la finca, no se vendía nada todo se regalaba. El que iba a la finca siempre se llevaba su racimo de guineo o sus viandas. En Navidad mandaba a tres o cuatro hombres a recoger verduras para repartirlas entre los vecinos”, detalló el padre de ocho hijos, a quien en la actualidad le sobreviven cinco.
Sobre su niñez rememoró que trabajó como cuartero. “Yo era el que dirigía la yunta de bueyes mientras otro araba. Trabajé toda mi vida desde que era un nene”, mencionó. Otro hecho que está grabado en su memoria como si hubiese ocurrido ayer fue el paso del huracán San Felipe por Puerto Rico, cuando tenía 12 años.
“Cuando vino la tormenta yo estaba en segundo grado porque en ese tiempo los niños no iban chiquitos a la escuela como ahora. Uno iba a estudiar cuando tenía más o menos 10 años. San Felipe trajo mucha agua, como las casas eran de yagua, no quedo ni una en pie”, indicó el abuelo de 40 nietos, más o menos la misma cantidad de bisnietos y 10 tataranietos.
Al pedirle que comparara ambos fenómenos atmosféricos, San Felipe y María, afirmó de inmediato que el huracán María azotó más duro. “El viento de esta tormenta de ahora fue más fuerte, porque San Felipe fue más agua y el viento se sentía como por debajo. En la de ahora era más por arriba. Todavía recuerdo que después de San Felipe en mi pueblo estuvieron enterrando tres días todo el ganado que murió por las inundaciones”, señaló.
Relacionado con la crianza que tuvo de pequeño enfatizó que: “Dios libre que uno le dijera tú, al pai’ o la mai’. Y si le ibas a dar algo decías papá o mamá tenga, con mucho respeto. No como ahora que se le da todo a los muchachos y se vuelven unos bandidos. Yo no sé lo que está pasando en estos días. Antes no había tanto abuso como ahora. Hoy matan niños, a la gente y nadie sabe quién los mató”.
Otra de las cosas que don Guillermo no logra comprender es que se perdió la devoción religiosa que había en el pasado especialmente para la Semana Santa. “El Lunes Santo se recogía la leña que se iba a usar para cocinar. Durante esa semana, grandes y pequeños se pasaban rezando. El Viernes Santo nadie hacía nada, así te dieran 100 pesos, uno lo que hacía era rezar y pedir por la salud de uno. Ahora llegan esos días y la gente sigue como si nada”, detalló.
A su vez lamentó que se hayan perdido parte de las tradiciones navideñas como la del Día de Reyes. “Cuando llegaba el Día de Reyes era para cantarle aguinaldos a la Virgen María, al Niño, a la Sagrada Familia de Nazareth, pero ahora lo que hace la gente es beber ron”, sostuvo quien aseguró que la gente del pueblo decía que él era el mejor cantor de aguinaldos que él mismo componía.
Por último aconsejó a los lectores de El Visitante que fuman y beben de más, dejar de hacerlo. Al final, confesó “espero la muerte, ya no espero nada más”.
Muchas Gracias por la entrevista a mi abuelo, you soy uno de los nietos que siempre estuve ser a del.
Sus historias son fascinantes y su amor por los hijos también.
Don Guille como se le conoce siempre a sido una persona que siempre ha respetado y corregido sus hijos y nietos con mucho amor.
Pido a Dios que le de mucha salud ya que su mente está muy bien.
Yo soy un nieto súper orgulloso.
Jimmy desde Virginia!