A las diez de la mañana del pasado sábado, 3 de diciembre, el repique de campanas de la Concatedral Dulce Nombre de Jesús en Humacao anunciaba el inicio de la Celebración Eucarística en la que los Reverendos Diáconos, Jonathan E. Pabón Tirado y Pedro A. Robert Cancel, recibirían el Sacramento del Orden en el grado de los presbíteros por imposición de manos y oración consecratoria de Mons. Luis Francisco Miranda Rivera, O.Carm., Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao.

En medio del tiempo de Adviento y en la memoria de San Francisco Javier, patrono de las misiones, el suelo de esta iglesia sobre el que se postraron Jonathan y Pedro, así como un numeroso grupo de sacerdotes y diáconos, familiares y amigos, fueron testigos de la entrega generosa de estos dos servidores que, evidentemente agradecidos y asombrados por el don recibido, entre lágrimas y sonrisas, se consagraron a Dios en el sacerdocio ministerial.

En una homilía expresada con espíritu paternal, llena de sencillez, claridad y cercanía, el Obispo les recordó a Pedro y a Jonathan que fueron llamados por Cristo, cada uno por su nombre, sin tener mérito alguno, sino solo por amor, para ser misioneros.

Les recordó que “ser sacerdote es ser presencia viva y actual de Cristo” y, para ello, es preciso vivir íntimamente unidos a Él. De modo que, con ternura, les mandó: “nunca dejen la oración, el Oficio es muy importante y celebrar la Misa diaria, y arrodillarse frente a Cristo Sacramentado […] para tener sus pensamientos, sentimientos, actitudes y sus mismas acciones”.

Asimismo, Mons. Miranda, les exhortó: “Sean presencia de Cristo, el Buen Pastor, que apacienta, cuida, reúne a los fieles, que se preocupa, vive y se desvive por las ovejas. Que no se aprovecha de ellas, que no las abandona, que las conduce y las llama por su nombre, que va delante, en medio y detrás de ellas, que da la vida y se sacrifica por ellas para que tengan vida y la tengan abundante”.

Además, les instó a rechazar toda forma de clericalismo y a aprender a sentir con el pueblo, a “dejarse evangelizar por el pueblo, especialmente, por los pobres y enfermos”, a no creerse dueños de la Iglesia, sino a saberse miembros de ella, y no perder de vista que “antes que pastores somos ovejas; antes que maestros, somos discípulos”. Por eso, les animó a ser un regalo para los demás y darse a todos sin excepción.

Luego de la homilía, los momentos principales del rito de ordenación sucedieron entre los cánticos del coro Voces de Paz, el silencio profundo de la imposición de manos, la oración incesante del pueblo y los aplausos, según lo ameritaba cada acción. 

Dos instantes especialmente emotivos dentro de la celebración fueron el abrazo de los neo presbíteros y la ofrenda de flores a la Virgen, sosteniendo ambos un pequeño arreglo y, luego, orando juntos frente a la imagen mientras sonaba el Ave María, interpretado por Beatriz, Voz de Ángel.

Antes de que finalizara la celebración, el  P. José Colón, Vicario General de la Diócesis, compartió palabras de agradecimiento a las familias de los recién ordenados y, en nombre del clero, dio la bienvenida a los nuevos sacerdotes.

Tanto el P. Pedro como el P. Jonathan se dirigieron, también, a los presentes para expresar su gratitud a cuantos, con su oración y acompañamiento, han sido parte importante de su camino vocacional.

Después de la bendición final, cada uno de los nuevos sacerdotes impartió la bendición al Obispo quien, todavía de rodillas delante de ellos, besó sus manos consagradas, ungidas con el santo crisma, para ser canal de la gracia de Dios y celebrar los santos misterios.

P. Pedro es del pueblo de Utuado, tiene 56 años de edad y fue nombrado Vicario parroquial en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario en Naguabo.

P. Jonathan es del municipio de Vega Baja y tiene 32 años de edad. Actualmente es el Promotor vocacional de la Diócesis de El Yunque y fue nombrado Vicario parroquial de la Concatedral Dulce Nombre de Jesús en Humacao.



Vanessa Rolón Nieves

Para El Visitante

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