La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, recuerda el núcleo central de la fe:cuánto Dios ama a la humanidad con su Corazón y, por lo tanto, todo lo que esta le debe amar. La Iglesia dedica el mes de junio a esta devoción, con la finalidad de que los católicos la veneren e imiten.
Fueron varios los santos que dijeron haber visto a Jesús ya su amado corazón, siendo entre las más conocidas una monja visitandina (de la Visitación) llamada Santa Margarita María A la coque.
En 1673, esta francesa tuvo visiones de Jesús en las que el Señor pedía a la Iglesia que honrara a su Santísimo Corazón. Entre las promesas que comunicó, Jesús dijo a santa Margarita María: “Os prometo, en el exceso de la misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos quienes reciban la comunión el primer viernes, y nueve veces más, la gracia de la penitencia final, que no morirán en mi desgracia ni sin recibir los sacramentos, y que mi Corazón será su refugio seguro en su última hora”.
Para ello, prometió que:
1. A las almas consagra- das a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para
su estado.
2. Pondré paz en sus familias.
3. Las consolaré en todas sus aflicciones.
4.Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5.Bendeciré abundantemente sus empresas.
6.Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10.Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.
Para obtener las gracias prometidas, la persona debe:
• Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.
• Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
• Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas co- metidas contra el Santísimo Sacramento.
Para vivir esta fiesta se sugiere:
•Poner una estampa del Sagrado Corazón de Jesús, algún pensamiento y la oración para la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
• Hacer una oración en la que todos pidan por tener un corazón como el de Cristo.
• Leer en el Evangelio pasajes en los que se observe la actitud de Jesús como fruto de su Corazón. ■
(Fuentes: Varias)
Nilmarie Goyco Suárez
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