Oficina de Comunicaciones
Diócesis de Arecibo
“Había una niña Down de 15 años que se quedó embarazada y sus padres fueron al juez para pedirle permiso para abortar”.
“El juez, un hombre justo en serio, lo estudió y dijo: ‘Quiero interrogar a la niña’. ‘Pero es Down, no entiende…’ ‘No, no, que venga’. La niña de 15 años fue, se sentó allí, comenzó a hablar con el juez y él le dijo: ‘¿Sabes lo qué te pasa?’ ‘Sí, estoy enferma…’ ‘Ah, y ¿cómo es tu enfermedad?’ ‘Me dijeron que tengo un animal adentro que se come mi estómago, y para eso tienen que hacer una operación’ ‘No… no tienes un gusano que se come tu estómago. ¿Sabes lo que tienes ahí? ¡Un niño!’ Y la chica Down dijo: ‘¡Oh, qué bien!’. Así, pues, el juez no autorizó el aborto. La madre lo quiere”.
“Pasan los años. Nació una niña. Estudió, creció, se hizo abogado. Esa niña, desde que supo su historia porque se la contaron, siempre que era su cumpleaños llamaba al juez para darle las gracias por el don de su nacimiento. Las cosas de la vida. El juez murió y ella ahora se ha convertido en promotora de justicia. ¡Pero mira qué bonito! El aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias”.
Con este relato de los hechos ocurridos en la diócesis en que servía antes de convertirse en Pontífice, el Papa Francisco resumió que el aborto “es un problema humano”.
Y es que con este ejemplo, el Papa Francisco ilustró la diferencia que hizo un juez “justo en serio”, en la vida de la mujer embarazada, y la vida de la otra mujer que nació y se convirtió en abogada. La historia fue relatada el 25 de mayo de 2019 como parte de su discurso a los participantes del Congreso “Yes to Life!”. Hoy, cobra particular relevancia en medio del nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Fue precisamente el grupo de jueces de la Corte Suprema Estadounidense quienes impusieron el aborto en todo Estados Unidos y Puerto Rico, a través del caso Roe vs. Wade. Ante la muerte de una de sus juezas, Ruth Bader Ginsburg, el presidente Donald Trump nominó a la jueza Amy Coney Barett para ocupar el espacio de la fenecida.
La nueva jueza designada es católica con 7 hijos, dos de los cuales fueron adoptados en Haití. Se comenta que ella podría hacer la diferencia para derrocar la abortiva decisión de Roe vs. Wade y salvar miles de vidas de las garras del aborto en Puerto Rico y Estados Unidos.
Cabe destacar que en el testimonio sobre el juez justo, el Papa Francisco ilustró el tema del aborto desde el punto de vista humano.
“Dos frases solamente nos ayudarán a entender esto: dos preguntas. Primera pregunta: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿es permisible alquilar un sicario para resolver un problema? La respuesta es vuestra. Este es el punto”.
A esto, el Papa Francisco respondió: “No es lícito. Jamás eliminar una vida humana o alquilar a un sicario para resolver un problema”.
“Nos unimos en oración por el nombramiento de la jueza Amy Coney Barett para que sea siempre coherente con su fe católica y para que el Señor tome el control del problema humano del aborto y se puedan salvar las vidas de miles de niños por nacer”, dijo al respecto el Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández, en declaraciones para la Oficina de Comunicaciones de la Diócesis de Arecibo.