Queridos hermanos y hermanas:
En el día de ayer, Puerto Rico vivió, a nuestro juicio, el momento más triste de su historia democrática. Que en 45 de los 78 municipios no pudieran votar los electores es una crasa violación al sagrado derecho al voto. El voto es tan sagrado en primarias como en elecciones generales.
Lo sucedido en el día de ayer amerita ser investigado minuciosamente hasta sus últimas consecuencias. Al día de hoy, nadie ha aceptado su culpa por el caos de ayer causado únicamente por la negligencia u omisión. Miembros de un partido señalan al otro partido; miembros de los partidos señalan a la Comisión Estatal de Elecciones; otros reparten la culpa entre los partidos, la Comisión, la Junta de Supervisión Fiscal y el gobierno.
No nos cabe la más mínima duda de que aquí hubo alta negligencia e irresponsabilidad en su máxima expresión. ¿Cómo es posible que no estuvieran las papeletas listas y nadie se diera cuenta o no se hiciera el señalamiento? ¿Cómo es posible que no estuvieran los maletines listos, o los camiones listos el día antes del evento y nadie dijera nada? A qué se debió el caos? ¿A la reforma electoral? ¿Amerita una revisión de la misma a meses de las Elecciones Generales? ¿Hay capacidad administrativa para llevar un proceso electoral confiable, equitativo, justo y transparente? ¿Hubo intereses partidistas o individuales envueltos?
Por la democracia en Puerto Rico, por el sagrado derecho al voto, por el respeto a los electores y electoras, por respeto a los funcionarios de las comisiones locales, juntas de unidad y de colegios, lo sucedido ayer no debe quedar impune, no debe ser minimizado pues no solo afectó negativamente el proceso electoral de ayer, sino que minó la confianza entre los electores y electoras y arroja dudas sobre la viabilidad y la confiabilidad de las Elecciones Generales del próximo mes de noviembre.
Sabemos que distintos foros, tanto judiciales, como legislativos y administrativos, tienen jurisdicción para realizar investigaciones serias.
Urgimos que se investigue cuanto antes porque Puerto Rico no puede estar expuesto a una nueva pandemia: la pandemia del caos democrático.
Consenso: Aunque los presidentes de los dos partidos políticos que tenían primarias en el día de ayer llegaron a un consenso con la CEE, hay candidatos que han impugnado ese consenso tanto en los tribunales como en la opinión pública o se aprestan a acudir a los tribunales.
Como Iglesia no nos corresponde impartir directrices en cuestiones primaristas, pero como Pastores y como cristianos sí nos corresponde hacer un llamado al diálogo, a evitar los mensajes de odio y de animosidad, a evitar el oportunismo partidista o mediático a costa de la paz y serenidad de nuestro pueblo.
En la medida que sea posible, se deben buscar canales de entendimiento para evitar causarle una herida más a nuestra querida Patria. Hay que manejar esta crisis electoral, de democracia y de gerencia con un alto sentido de hermandad y patriotismo.
Oración: Por último, pedimos que oren por la paz, por la calma y fraternal convivencia, por la paciencia, por el don de sabiduría y entendimiento. En Caná de Galilea Jesús transformó el agua en vino, ello nos anima a orar para que Dios transforme el desánimo en esperanza, la discordia en amor y los valles oscuros en verdes praderas. La oración siempre abre caminos porque abre corazones y esclarece conciencias. Que el Señor les bendiga y les guarde.
Firmada el lunes, 10 de agosto del año del Señor del 2020.
SER. Mons. Rubén A. González Medina, CMF,
Presidente, Conferencia Episcopal Puertorriqueña Obispo de Ponce
Roberto O. González Nieves, OFM
Arzobispo Metropolitano de San Juan de Puerto Rico
Eusebio Ramos Morales
Secretario y Tesorero de la CEP
Obispo de Caguas y Administrador Apostólico Diócesis de Fajardo/Humacao