30 de abril de 2020
Al Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Arecibo:
En el pasado reciente, varios sacerdotes se me han acercado para “advertirme” cariñosamente: “ya llegué a los sesenta”. Al escucharlos les he contestado con una sonrisa: “ya eres sexagenario”. Haciendo referencia a ese decenio de la edad en el que, entre otras cosas, se comienzan a recibir los beneficios del seguro social y los descuentos “seniors”.
Pero más allá de esas cosas, un tanto anecdóticas, la realidad es que “llegar a los sesenta” es sinónimo de haber alcanzado en la vida una madurez muy valiosa. En esa etapa la persona ya puede mirar hacia atrás y darse cuenta de todo lo que ha vivido, hacer balance y sacar importantes conclusiones a base de sus experiencias. De ese modo, será mucho lo que pueda ayudar a otros más jóvenes en su caminar por la vida.
¡Nuestra amada diócesis de Arecibo ya es sexagenaria! Al cumplir hoy 60 años de haber sido creada el 30 de abril de 1960, por el Papa San Juan XXIII, damos gracias a Dios con gran alegría.
Son muchas las experiencias vividas que han permitido a nuestra diócesis alcanzar un buen grado de madurez eclesial. En estos 60 años vio crecer el número de parroquias. Ha sido cuna del nacimiento de varios movimientos eclesiales laicales. Ha sido testigo de la vivencia de los consejos evangélicos en tantos religiosos y religiosas. Ha visto a tantos matrimonios y familias esforzarse por ser auténticas iglesias domésticas. Ha tenido una pastoral juvenil alegre y vibrante. Ha visto ordenarse en ella a buena cantidad de sacerdotes nativos. Ya ha ordenado los primeros dos grupos de diáconos permanentes. Tiene un Seminario Mayor propio. Próximamente, coincidiendo con este año del sesenta aniversario, tendremos una “nueva casa” para nuestra Patrona, la Virgen del Perpetuo Socorro. A través del discernimiento comunitario en el Espíritu Santo ha buscado nuevas maneras de ser cada vez más una iglesia particular evangelizada y evangelizadora. También ha tenido que enfrentar momentos difíciles y dolorosos, que nos han purificado y nos han hecho más fuertes.
Todo lo anterior nos permite mirar el pasado con agradecimiento, mirar el presente con sano orgullo y mirar el futuro con esperanza.
¡Celebremos todos este Aniversario! No permitamos que la situación que vivimos en el mundo “nos robe la alegría”. Conscientes del dolor de tantos y solidarizados con ellos con nuestra oración, levantemos nuestro canto gozoso anunciándole al mundo que la muerte no tiene la última palabra.
Finalmente, sabemos que según una costumbre secular, que relaciona cada aniversario con un material diverso, el sexagésimo se asocia al diamante. Esta gema preciosa, la más valiosa, y cuyo nombre derivado del griego significa “invencible” o “inalterable”, se caracteriza por su brillo y por su dureza.
Así pues, al Padre Dios le pedimos que con la brillantez de la luz del Espíritu Santo y la firmeza del poder del Señor que la fortalece, nuestra diócesis de Arecibo resplandezca siempre ante el mundo como la Esposa Radiante del Señor Resucitado.
Sueño con que el Señor nos regale pronto la oportunidad de volvernos a encontrar, darnos un gran abrazo de felicitación y celebrar, otra vez todos juntos, tantas gracias recibidas de su infinita generosidad.
¡Felicidades! Dios les bendiga.
+ Daniel Fernández Torres
Obispo de Arecibo
Inicio Cartas circulares y documentos Carta del Obispo de Arecibo con motivo del 60 Aniversario de la...