A menudo se escucha hablar sobre la importancia de consumir ocho vasos de agua al día. Pero, ¿conoce realmente el porqué y cuáles son sus beneficios?
Más allá de saber que el cuerpo humano está compuesto principalmente por agua, la realidad es que beber una cantidad adecuada de este líquido diariamente ayuda a prevenir numerosas enfermedades.
Entérese que al beber de seis a ocho vasos al día puede disminuir en un 45 % el riesgo de padecer cáncer de colon, un 79% el riesgo de enfermar de cáncer de mama y hasta un 50% las posibilidades de desarrollar cáncer de vejiga.
De otro lado, un adulto necesita ingerir aproximadamente dos litros de agua para rehidratarse adecuadamente. Es preciso beberlo paulatinamente durante el día, aunque no se tenga sed, ya que esa cantidad es la que pierde el cuerpo aún sin realizar actividad física. De hecho, cuando sienta sed, es como resultado de que ha comenzado a deshidratarse.
Cabe destacar, que la deshidratación crónica a consecuencia de un consumo insuficiente de agua es la raíz de muchas dolencias degenerativas. Los síntomas de la deshidratación son: dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres y dolores musculares.
Igualmente, debe tener en cuenta que los dos litros diarios necesarios son de agua pura, quedando excluidos líquidos como el café, el vino, los jugos o los refrescos.
Estas recomendaciones son especialmente importantes para el verano, ya que la pérdida de líquidos es mayor y la necesidad de reponerlos puede ser incluso superior a los dos litros, según las circunstancias.
¿Por qué es importante beber agua? No solo porque es el principal componente del cuerpo, y es indispensable para la vida. Sino que también:
• Previene infecciones.
• Aumenta el rendimiento físico y mental.
• Favorece la digestión.
• El organismo cumple con sus funciones de manera eficiente.
• Controla la temperatura corporal.
• Ayuda a mantener los niveles adecuados de acidez en el cuerpo.
• Retrasa el proceso de envejecimiento.
Por consiguiente, conozca cuál es la manera de permanecer correctamente hidratado, sin pasarse ni quedarse corto:
• Dos vasos por la mañana después de despertarse activa los órganos internos.
• Un vaso, 30 minutos antes de comer facilita la digestión.
• Uno vaso antes de bañarse mantiene la línea y ayuda a bajar la presión sanguínea.
• Tres por la tarde para refrescar el cuerpo.
• Un vaso antes de ir a la cama ayuda a reducir la tensión, evita un derrame cerebral y ataques al corazón.
(Fuentes: varias).