Con ocasión del Día mundial del matrimonio, el pasado domingo, 11 de febrero la Catedral San Juan Bautista en Viejo San Juan contó con la presencia de parejas que celebraron aniversarios matrimoniales desde las dos décadas hasta los 72 años. La Santa Misa estuvo presidida por Monseñor Roberto O. González Nieves, OFM, Arzobispo de San Juan, quien llamó por sus nombres a cada una de las parejas allí presentes.
Al fondo del altar, seis parejas tomaron asiento junto a Mons. González en representación de los matrimonios.
En su homilía, el Arzobispo saludó a los presentes y expresó que como Iglesia desean resaltar la belleza del Sacramento del matrimonio. “Debemos resistir a las distintas lepras que amenazan con desfigurar el Sacramento del matrimonio y la vida conyugal. A veces somos víctimas de timidez, de la inflexibilidad, de la normativa fría que hace la vida en pareja una vida desordenada, de lejanía, de frialdad y nos hace darle a nuestra pareja, a la que juramos amar toda la vida, el tratamiento de un leproso del antiguo testamento”, destacó.
Criticó que desde que se inventaron “el café instantáneo y el microondas, ya no sabemos tener paciencia y todo lo queremos ahora, ayer, para ya. Todos vamos evolucionando y mejorando nuestras personalidades, nuestras maneras de ser. Ninguno de nosotros que estamos aquí, estamos ya hechos completos”.
Afirmó que la cultura de lo desechable no puede permanecer en la vida matrimonial ya que de lo contrario la sociedad se convertiría en una de matrimonios con fecha de expiración. Así como Jesús lo hizo, orientó a “olvidarse de los prejuicios; escuchar con el corazón; acercarse con amor, no alejarse; extender la mano para curar, no para herir; y hablar con un tono misericordioso, no con odio, indiferencia; y sobre todo, hacer, practicar la misericordia la norma de toda convivencia matrimonial”.
Subrayó que, sin el ingrediente de la misericordia, la compasión y el perdón, que son frutos del amor, toda convivencia estará destinada a la desunión, al distanciamiento, a la frialdad y al fracaso. Por esta razón, pidió que sean apóstoles del matrimonio cristiano, maestros de la vida en familia y testigos del amor duradero.
Durante la celebración todas las parejas recibieron un certificado con la bendición especial del Arzobispo.
El Visitante tuvo la oportunidad de entrevistar a Francisco Ríos Hernández y a Hilda Vázquez de 72 años de casados. La pareja que contrajo matrimonio a la edad 20 y 18 años, reconoció que lo más importante en su relación fue casarse por amor y que Francisco no era machista.
“Siempre le he dejado las riendas de la casa a ella y yo he trabajado como de costumbre para mantener mis hijos y mi casa. Mucha comprensión, entendimiento, nunca hemos peleado, nunca nos hemos separado. Ella fue mi primera novia y yo su primer novio”, aseveró el también veterano de la segunda guerra mundial y de Corea.
La pareja que actualmente vive en Bayamón, siendo él natural del pueblo de Florida y ella de Barceloneta, aún recuerda con claridad el día en que se juraron amor eterno, un 7 de marzo de 1946. De esta unión salieron 3 hijos, 9 nietos, biznietos y tataranietos. Hoy día el orgulloso matrimonio cuenta con 92 y 90 años de edad.
Por su parte, Carmelo García asistió en representación de su esposa, María Torres, que estaba enferma. En abril 8 cumplirán su aniversario número 57. Para Carmelo, lo más importante es la parte espiritual.
“Lo importantes un matrimonio que tenga la parte espiritual y amor entre la pareja, es saberse comprender y tener confianza uno en el otro. Yo tengo 57 (de casado) y no creo en eso de que uno muere y renace, pero si fuera verdad, mi esposa y yo nos volveríamos a casar otra vez. Lo digo en serio. Nunca supe lo que fue celar a mi esposa ni ella a mí”, afirmó.