En el transcurso del camino del Sexto Congreso Americano Misionero (CAM6) Puerto Rico 2024, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, e incluso laicos, misioneros todos por el bautismo, han participado de un sinnúmeros de actividades y encuentros preparatorios –de manera espiritual y de organización– para el gran momento que dará lugar en la Diócesis de Ponce en noviembre del próximo año 2024. Este semanario ha dialogado con varios de esos participantes para conocer su experiencia misionera y su pensar sobre la manera en que la Iglesia continental puede obtener un nuevo brío misionero para continuar esparciendo el Evangelio. 

Por su parte, Iván Gabriel Cortés Abreu comentó a El Visitante que el CAM6 “no es solamente un evento que se va a realizar en el 2024”, sino la preparación previa ya ha ido “alimentando y construyendo el camino de fe y búsqueda de soluciones”. A través de la oración, diálogos y trabajo en equipo, han ido identificando alternativas y retos, proceso que ha ayudado a la Iglesia del continente americano a “caminar juntos” y ser una Iglesia –verdaderamente– en salida. Esa Iglesia “quiere que todos, creyentes o no, puedan encontrar una vida con sentido y de felicidad, que llega cuando descubren la experiencia de encuentro con Dios”, añadió. 

Como joven laico, Cortés Abreu comentó además que, “el Papa tiene mucha esperanza en los jóvenes”, porque “van a hacer el cambio que necesitamos”. No basta solo con querer hacer algo bueno o tener el entusiasmo. Sino que, también es necesario que los jóvenes asuman posturas y “tomen decisiones de compromiso” para que los cambios se puedan dar a corto, mediano o largo plazo. 

A los jóvenes: “en la medida en que nos vayamos acercando a las experiencias con Dios, de misión, y encontrando nuestro camino en el mundo, podemos empezar a comprometernos con un cambio”. Asimismo, los invitó a lanzarse a la aventura con seguridad, y caminar hasta encontrar su espacio, lugar y misión en el mundo. 

¿Dónde encuentro la llama de la misión? “Todos tenemos un propósito de vida que tenemos que ir trabajándolo con mucho discernimiento para encontrar nuestro camino. Es importante mantener ese propósito, esa llama viva porque es lo que nos llevará a hacer grandes cosas”. 

En cada experiencia de misión –cuenta Iván– uno tiene el regalo de visitar un lugar completamente distinto, incluso en la propia tierra de origen. Cada lugar tiene una realidad y cultura distinta. Aun así, se encuentra la presencia de Dios en medio de cada situación y espacio. Por eso, recomienda que, al ir una experiencia de misión, debe haber una actitud “de apertura, aprendizaje y de querer ver a Dios en esas personas con las que te vas a encontrar, en esas culturas donde los valores del Reino ya han estado presentes desde hace mucho tiempo”. 

Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com 

Twitter: jrodriguezev 

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