La apicultura es una profesión que escasea cada vez más. Así lo confirmó a El Visitante el apicultor moroveño Manuel “Manolo” Otero González, cuando mencionó que la miel de la Isla es un producto alimenticio muy limitado y que ha ido escaseando hasta la fecha.  De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, “la apicultura es la crianza y cuidado de las abejas. A través de esta se obtienen productos como miel, jalea real, propóleo, cera y polen”. Asimismo, el apiario es el lugar en el que se encuentran todas las colmenas donde habitan las abejas. Dichos insectos se dividen en tres grupos jerárquicos. En primer lugar, está la abeja reina. Su única función es poner huevos para la reproducción de la especie. A esta le siguen las obreras, que tienen la ardua labor de recoger el néctar y el polen de las plantas. Es decir, son las que hacen el “trabajo sucio” en el campo y la ciudad. Por último, están los zánganos. Estos tienen la única función de fecundar a la abeja reina, y una vez que cumplen con su misión son apartados o retirados de la colonia.  Otero González cuenta que comenzó a cosechar miel en la década de 1970 y desde entonces ha extraído miel para los consumidores de la zona norte-central de Puerto Rico. Añadió que con la llegada de los huracanes y las fuertes lluvias se ha ido complicando cada vez más la producción de miel de las abejas por lo que muchos apicultores y fabricantes de productos derivados de la miel han optado por importarla de otros países, como República Dominicana, que “es igual de buena que la de acá”, agregó Manolo.

Otero subrayó que el costo de la miel ha variado y aumentado con el pasar de los años. Actualmente, un frasco de 12 onzas se encuentra cerca de los $5 aproximadamente, 32 onzas (1 litro) fluctúa sobre los $10 y lo que Manuel llamó “un canecón” sobre los $15. Por último, se le preguntó a Manuel sobre el mayor reto que enfrentan los apicultores al momento de la recolección de miel. Muchos dirán: es obvio que las picaduras. Pero, más que un reto sería un peligro. Sin embargo, Manuel comentó estar acostumbrado a ello, por lo que afirmó que ya no le preocupa, pues es parte su oficio. Por eso, hay que tratar a las abejas “con cariño” y cuidarlas, pues “son el animal más importante del mundo”, según Programa de las Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente. Las abejas se encargan también de la polinización de las plantas al transportar su polen. Establece la revista Forbes que “alrededor del 70% de la agricultura mundial es posible gracias a las abejas, que favorecen la polinización y reproducción de las plantas, lo cual equivale al 35% de la producción de alimentos”. Además, estas y otros polinizadores, como mariposas, murciélagos y colibríes, “están cada vez más amenazados por las actividades humanas”, señala la ONU. La pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas son algunos de las amenazas que enfrentan estos insectos tan necesarios en el planeta.

 

 Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com 

Twitter: jrodriguezev  

 

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