Dorian Rivera de la delegación de Puerto Rico, comentó que se ha notado con fuerza la alegría que identifica al continente americano, pero sobre todo como cristianos.

Dorian es voluntaria en las Obras Misionales Pontificias en la Obra de la Propagación de la Fe en el proyecto denominado “Verano Misionero”, dice que en los meses de junio y julio realizan talleres de formación y se envía a misionar. “Año tras año nos comprometemos más en lo que son las comunidades parroquiales”, comentó.

De su participación en el VCAM destacó ser reflejo, testimonio vivo de Cristo, “que puedan ver a través de nosotros la presencia de Jesús, dondequiera que vayamos acompañando a descubrir esa semilla del Señor y esa gracia misionera que solo Él brinda”.

“A Cristo hay que vivirlo, vale la vida vivirlo, tenemos que aprender a que en el caminar siempre van a haber dificultades, pero nuestra felicidad no puede depender de esas dificultades, sino descubrir y estar seguros de que nuestra felicidad la sostiene Cristo”, Dorian dijo estar sumamente agradecida con la familia que la recibió con los brazos abiertos en Santa Cruz, sede del VCAM.

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