De entre los grandes avances del siglo XX, se encuentra el desarrollo de medios de comunicación eficaces y rápidos. La Doctrina Social de la Iglesia percibe la importancia de estos medios, para unificar a la humanidad, promover los derechos de las personas y para apoyar la solidaridad y el logro del bien común. Los medios de comunicación son instrumentos, y su poder transformador de la sociedad, lejos de ser un peligro, se constituye en un bien para toda la humanidad. Sin embargo, su gran influencia sobre las personas exige que sean utilizados adecuadamente.

La comunicación es una necesidad esencial del ser humano. Mediante la comunicación se promueve la cultura y sus correspondientes valores, se transmiten pensamientos y sentimientos. Además del carácter personal de la comunicación, el mundo moderno ha desarrollado la comunicación en masa, como una forma de unir a millones de personas. Los medios de comunicación masivos, no deben perder la perspectiva de que el fin primero de toda comunicación entre los seres humanos se origina en el modelo de comunicación entre Dios y el hombre: una comunicación que promueve la comunión y los valores de la verdad y la libertad. Señala el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC, 2494): “La información de estos medios es un servicio del bien común. La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad”.

La Doctrina Social de la Iglesia insiste en que los medios de comunicación, deben estar al servicio de los hombres y deben regirse por principios éticos. Tanto en lo que concierne al mensaje, a las técnicas de comunicación y al acceso a los medios de comunicación social, el principio moral fundamental es que la persona y la comunidad humana son el único fin válido de su uso (Compendio Doctrina Social, 416). De este principio moral se desprenden las características que deben contenerse en los medios de comunicación: la libertad de prensa, limitada solo por una responsabilidad moral de promover el bien de la comunidad; el rechazo a la violencia y la pornografía en los medios de comunicación; veracidad de la publicidad, y respeto a la dignidad y privacidad de las personas. También se enfatiza la necesidad de que los medios de comunicación social se utilicen para educar y no solo para entretener.

La ética en los medios de comunicación se puede ver afectada por intereses económicos, políticos y culturales que pretendan imponer modelos culturales, ideologías políticas u obtener beneficios económicos en forma inescrupulosa. En el documento del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Ética en la Publicidad (14), se advierte: “Los publicitarios son moralmente responsables de las estrategias que incitan a la gente a un comportamiento determinado; y se trata de una responsabilidad compartida con editores, ejecutivos de la radio y la televisión y otros en el mundo de las comunicaciones, así como por quienes aprueban políticas comerciales, y a todos aquellos que están metidos en el proceso de la publicidad”.

Pero la responsabilidad ética en el uso de los medios, recae no únicamente en los comunicadores, sino que además recae en los usuarios de los medios y sobre todo en los padres de familia, que tienen la responsabilidad de establecer pautas sobre el uso regulado de estos por sus hijos (Familiaris Consortio).

El desarrollo de las redes sociales, que brinda a cualquier persona la posibilidad de llevar un mensaje a millones de usuarios, plantea hoy más que nunca, la necesidad de enfatizar en los jóvenes la importancia de evaluar críticamente los contenidos a los que acceden. Estos medios penetran la intimidad familiar, modifican las costumbres e influyen en la psicología de quienes los utilizan. La Doctrina Social de la Iglesia reconoce la importancia de las comunicaciones y defiende su uso regulado, ético y responsable, pero a la misma vez llama la atención hacia los posibles abusos relacionados con ellos.

(Puede enviar sus comentarios a nuestro correo electrónico: casa.doctrinasocial@gmail.com)

Nélida Hernández
Consejo de Acción Social Arquidiocesano
Para El Visitante

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