Al verla caminar, sonreír y trabajar ves en Sor Clara González Morales, OP, una hermana única y especial. Todas nosotras, a través de los años, hemos vestido de Sor Clara’s Fashion, con ese único toque especial y delicado que le da a cada uno de nuestros hábitos. Sor Clara nació el 22 de mayo de 1922 en el Barrio Ángeles de Utuado, Puerto Rico. Su Nombre era Asunción, pero al bautizarla la nombraron Concepción. Este fue su nombre hasta que ingresó a la Comunidad cuando su nombre cambió a Sor M. Clara, OP.
Desde temprana edad tuvo predilección por la lectura. Por tal motivo, se inscribió en la Biblioteca de los Padres Capuchinos de Utuado. Por un donativo mensual podía leer todos los libros espirituales que le llamaran la atención. Allí leyó muchísimo y le impactó la vida de Santa Teresita. Quería ser como la santa.
Su primer Director Espiritual fue el Padre Claire, Sacerdote Capuchino que estaba en Utuado para ese entonces. Sor Clara sentía el llamado de Jesús y pensaba en ingresar con las Hermanas de la Divina Providencia, que trabajaban en Utuado. Pero la Superiora General de esta Congregación, exigía que las candidatas hablaran y escribieran un inglés perfecto. Las hermanas le daban clases de inglés para ver si, en un futuro, la aceptaban. Continuó su vida normal al servicio de sus 6 hermanos y su comunidad. Mientras, dirigía Las Hijas de María y ayudaba en la limpieza de la Capilla del Barrio, entre otros servicios.
En este mismo tiempo nace la Congregación de Las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, fundada por La Sierva de Dios Madre Dominga Guzmán, OP. El Padre Evans, que estaba en el Barrio Ángeles de Utuado, habló con Sor Clara y le dijo que Monseñor McManus y otro sacerdote llamado Padre Juanito, le mencionaron de una nueva Congregación que estaban buscando chicas que tuvieran vocación. Las Hermanas de La Divina Providencia le dijeron que fuera a conocer la nueva congregación si quería, porque para ingresar con ellas, tendría que esperar hasta mejorar su inglés. Así que Sor Clara le escribe a la Congregación de las Hermanas de Fátima para conocerlas.
Visitó Yauco el 4 de diciembre de 1950. Allí la esperaban Madre Dominga y Sor Catalina. Madre Dominga la entrevistó y dialogó mucho con ella. Sor Clara nunca ha olvidado esta fecha. ¡Fue el día que conoció a Madre Dominga! Madre Dominga le dijo que regresara a su casa y disfrutara las navidades con su mamá, pues su Padre había muerto joven. Y que regresara para ingresar a la Comunidad el 16 de enero de 1951. Además, que no tenía que llevar uniformes pues como ella cosía, los podía hacer allí.
Así comienza la aventura religiosa de Sor Clara. Se queda en Ponce el 15 de enero y llega en carro público el 16 de enero a Yauco. Allí Madre Dominga y Sor Catalina la esperaban. En esta pequeña casa en la Trocha llegaron hasta 8 hermanas. Sor Clara acompañaba a Sor Victoria en las visitas a las familias, hogar por hogar, y en la Misión en el Cerro de Yauco, quienes eran personas muy pobres. En la tarde ofrecían la Catequesis y en las noches rezaban el Santo Rosario con muchos niños del Cerro y familias pobres que acudían al Convento. Todas las mañanas iban camino a la iglesia con el rezo del Rosario. Madre Dominga siempre dormía cerca de la Capilla, para estar cerca de Jesús Sacramentado. Luego se mudaron a la Casa Madre en la Hacienda Santa Rita de Guánica, pero comienzan el Dispensario Padre Noel en la Trocha y las hermanas continúan viajando para Yauco para dar el servicio.
Sor Clara ingresó a los 27 años en el convento. Hoy tiene 100 años. Significa que lleva 73 años en el Convento: 13 años en diferentes Conventos y 11 años como Superiora. Laboró en: La trocha (Fundación), Casa Madre, Maunabo, Bayamón, Yauco y Sabana Grande. Luego permaneció como nuestra Gran Costurera por más de 50 años hasta la fecha del terremoto el 7 de enero de 2020, cuando la vida de la Comunidad cambió totalmente. Sor Clara fue enviada, junto a un grupo de hermanas a residir en el Obispado, gracias a la generosidad de nuestro Padre Obispo Rubén. De allí, a la Casa de Salud, donde actualmente reside y todavía conserva sus dotes de costurera.
Al asignarla como costurera, oficio que ha desempeñado con gran alegría, servicio, diligencia y humildad, comenzó con un horario que ha mantenido hasta hoy. Después de las oraciones diarias, de la Santa Misa y del desayuno, comienza su trabajo de costura hasta los rezos del mediodía y el almuerzo. Luego continúa labores en la tarde para una faena diaria de aproximadamente 6 horas. Ha tenido varias ayudantes durante los años: Sor María de los Ángeles, Sor Cecilia, Sor Bibiana y Sor Myrna, quien es actualmente la costurera oficial asignada.
Sor Clara ha sido un testimonio viviente de la alegría del Evangelio: Servir sin esperar nada a cambio, dando todo por amor. Cuando vas por el pasillo y te encuentras a Sor Clara, ves a una hermana que camina muy derechita. Si te ve el hábito mal acomodado, se te acerca y te lo arregla, luego sonríe y sigue su camino como una verdadera Hermana de Fátima, Hija de la Sierva de Dios, Madre Dominga. ¡Gracias Sor Clara por tu gran testimonio de vida! ¡Eres un ser incansable! Con tu alegría y sonrisa nos muestras al mismo Jesús. ¡Nunca olvidaremos a Sor Clara’s Fashion: ¡Sólo para hábitos de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima! ¡Te amamos mucho! ¡Que Dios Trino te bendiga abundantemente y Nuestra Señora de Fátima guíen tus pasos siempre! ¡Felicidades en tus 100 años de vida!
Sor Maristella Maldonado Lazú, OP
Editado por Sor M. Judith Maldonado Lazú, OP