Flora González y su esposo adquirieron llenos de ilusión y con mucho sacrificio una propiedad en la Calle Cuarzo de la Urbanización Quintas de Canóvanas II, del municipio de Canóvanas. Jamás pensaron que 13 años más tarde todas sus pertenecías se perderían. Eso fue lo que vivieron ellos y otras 400 familias que residen en la mencionada urbanización luego que el huracán María provocara una inundación que alcanzó 6 pies de agua en sus casas.
Flora relató que durante la madrugada del miércoles, 20 ya los vientos se sentían muy fuertes y aunque el río estaba crecido, no había llegado a la carretera. “Más o menos a las 5:00 de la mañana del jueves, abrí un poco la ventana y me di cuenta que el agua estaba llegando al patio. A los pocos minutos se había metido 1 pie de agua en la casa. Por la bañera y el fregadero empezó a entrar agua marrón, cuando miré la bañera se estaba desbordando. Le dije a mi esposo ‘esto está empeorando’, recordó.
“Mi esposo que mide 6’ intentó abrir la puerta, pero no pudo por la presión del agua. Lo ayude, pero ni, aunque estábamos los dos pudimos abrir. Recordé que en uno de los cuartos un aire de ventana estaba suelto. Mi esposo lo sacó pusimos la escalera y salimos, mi hija y nosotros. En ese momento ya la casa tenia 4’ de agua y hacer eso nos tomó solo unos segundos.
Ya estaba de día y empezamos a caminar pegados a las verjas de las casas porque la corriente que había en la acera y en la calle era tanta que nos podía llevar. Así llegamos a la casa de un vecino que tiene una casa de altos y allí nos refugiamos”, narró reviviendo la amarga experiencia.
La mujer contó que algunos de sus vecinos optaron por subirse a los techos, pero por miedo a que un proyectil les hiciera daño, otro vecino que tiene bote sacó los salvavidas para socorrerlos. “Primero sacamos a los niños, luego los adultos y rescatamos mascotas En un momento dado nos reunimos como 30 vecinos y permanecimos allí aproximadamente 4 horas hasta que bajó el nivel del agua”, mencionó. A su vez Flora indicó que los que no pudieron subirse al techo se subieron a los counters de la cocina.
Al regresar a su casa encontró todas sus pertenencias llenas de fango. No lograron salvar nada a excepción del juego de comedor que es de metal y cristal. “Perdimos todo; ropa, zapatos, juego de cuarto, los mattress, el juego de sala que lo terminé de pagar hace solo un mes, la estufa, nevera, lavadora y secadora. Ni mi guagua se salvó, se inundó y el fango llegó hasta los asientos”, detalló.
A la espera de ayuda
Flora está a la espera de que la Agencia Federal para Manejo de Emergencias (FEMA) determine si la ayudarán económicamente. “El seguro que tiene la casa incluye daños por incendio, huracán y terremoto, pero no incluye inundación. Fui al Banco y la única alternativa que me dieron fue refinanciar. Eso no es una opción porque esta casa ya no vale lo que pagué por ella, después de esto nadie la va a querer comprar. Ya he pagado 13 años, no quiero refinanciar para empezar de 0 otra vez”, aseguro.
Asimismo, subrayó que, aunque un inspector de FEMA ya visitó la propiedad, le dijeron que su caso estaba pendiente, 2 meses después del huracán aún espera la decisión. “Es frustrante, ver que te tienes que quedar viviendo en un lugar donde tu vida corre peligro en cualquier momento, con cualquier otro huracán, pero hay que seguir pagando la hipoteca”, concluyó.