La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año, comenzando el Domingo de Ramos y terminando con el Domingo de Pascua. Por lo tanto, se debe dedicar a la oración y la reflexión de los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que trae consigo. Para vivirla es meritorio darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
De acuerdo con Padre Eduardo González Castillo, la Semana Mayor es un momento muy importante porque en ella se medita, interioriza y se hace nuevamente presente en la vida de cada uno la entrega que hizo Jesucristo por todos. “Jesucristo es Dios, es la segunda persona de la Santísima Trinidad que se hace hombre y se hace obediente hasta la muerte de Cruz. Con esa muerte ha adquirido para nosotros la salvación, porque para nosotros el precio del pecado es la muerte y Cristo se puso en lugar nuestro para que, al Él morir, nosotros no muriéramos”, expresó.
Por lo tanto, la Semana Mayor “ayuda a penetrar ese misterio del amor de Dios que es tan grande que se entrega Él mismo para que nosotros tuviéramos la salvación. Ahí también se nos está revelando que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo”. A su vez, el sacerdote detalló que entre este tiempo y la Pascua es donde se encuentra el centro de la fe, pues se acompaña a Jesús con la oración, sacrificios y el arrepentimiento de los pecados. Además de que se asiste al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Él el día de su Pascua.
“Tenemos que empezar a meditar en la Eucaristía más que nada. No podemos quedarnos en el historicismo, quedarnos en las cosas históricas y ya. Tenemos que mirar la trascendencia del hecho. Qué ese hecho ha tenido para nosotros y qué cambio ha dado en toda la humanidad el factor de que Jesús haya muerto por nosotros”, afirmó P. Eduardo.
Continuó diciendo que: “Nos quedamos simplemente en lo anecdótico y no vamos más allá del hecho. Tenemos que meternos adentro y ver más allá del hecho mismo porque en la Biblia ver, no es simplemente ver con los ojos, sino ver lo que él nos da y nos trae a nosotros, ver más allá. Y si no nos ponen, por lo menos una vez al año, estos acontecimientos para que meditemos se nos olvida”.
Explicó que la Semana Santa revive los hechos históricos, pero no meramente para recordar ese estado de tristeza y agonía que Cristo padeció, sino para que se viva la realidad que trajo este acontecimiento, entender por qué murió y resucitó. Y sobre todo recordar que Dios envió la salvación al mundo. Razón por la que hay que celebrar y revivir la entrega de Jesús a la muerte por amor a la humanidad.
¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?
El pueblo judío celebraba la fiesta de Pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban con base en el año lunar y no al año solar del calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.
Sugerencias para vivir la Semana Santa
A continuación, presentamos algunos puntos a tener en cuenta para vivir este tiempo como es debido: asistir en familia o a los oficios y ceremonias propios de la Semana para que la vivencia de estos misterios sea comunitaria. Para comprender la Pasión de Cristo y fortalecer la fuerza de voluntad individual absténgase de cosas que puede comer, hacer o que le gusten mucho. Organice o participe una pequeña representación acerca de la Semana Santa. Propóngase algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana.