Como bien se dice en la jerga popular: “El boricua se las inventa”. Demás está señalar las diversas formas en las que, día a día, muchos apuestan a su creatividad con tal de “ganarse el peso”. Sin  embargo, aunque en los pasados meses el emprendimiento ha sido una alternativa ante la situación laboral, el camino no siempre ha sido fácil.

Para Melvin J. Hernández Nieves, dueño de Melvo’s Café en Aguada, tener un negocio no es lo realmente difícil, más bien son otros los factores que hacen la experiencia cuesta arriba. La desinformación existente a la hora de orientarse en las agencias que tramitan los permisos, así como la demora al momento de otorgarlos o la fiscalización inadecuada del IVU (Impuesto sobre ventas y uso), son algunos de los obstáculos iniciales según dijo.

El joven que estudió y ejerció el periodismo por varios años, confesó que se tomó el riesgo de aventurarse en el empresarismo al entender que gastaba más de lo que generaba, no tener seguridad laboral y tener metas personales como comprarse una casa. Fue de su experiencia de más de 10 años en el campo de los alimentos y de la vena familiar, donde ha habido comerciantes, que tomó la decisión de montar su negocio.

Como primera idea surgió abrir su propia revista. En un cambio de parecer pensó abrir un coffee shop con desayunos todo el día en Nueva York, hasta que apareció la oportunidad de hacerlo en su pueblo natal.

Sobre la experiencia de pasar de empleado a empleador admitió que no es tan fácil como parece. “Al principio yo pensaba que iba a ser mejor. Hasta este punto no lo sé, eventualmente podré saber. Por ahora puedo decir que es mucho más trabajoso, hay más responsabilidades y se requiere más dedicación. Pero el proceso de hacerlo ha sido enriquecedor, me ha tocado aprender de los errores, he perdido mucho pero también he ganado mucho”, confesó.

Continuó diciendo que: “Aunque no es para todo el mundo, es algo que muchas personas pueden optar por hacer. Es como decir que ‘se sufre, pero se goza’. Es como ser padre. De momento no te atreves a dejar tu negocio con nadie, no confías en nadie, tienes este sentimiento de sobreprotección, lloras, ríes, hubieras deseado no meterte en el revolú, pero cuando ves el fruto del sacrificio se siente bien”.

En cuanto a emplear, considera que son demasiados los requisitos con los que los patronos (de comercios pequeños) tienen que cumplir al contratar personal. “Para un negocio pequeño como el mío, sí lo es, porque me veo obligado a mantener una nómina bajita para cumplir con las exigencias”, indicó. Asimismo, lamentó que, algunos menosprecien las oportunidades en los comercios locales, ya que toman el empleo como algo pasajero, lo que implica gastos constantes, como en el caso de los adiestramientos, lo que dificulta la subsistencia del negocio.

Precisamente, expresó que los retos que enfrentan para mantener vivo el comercio nativo en Puerto Rico, es la razón principal por la que las pequeñas y medianas empresas piden de manera constante que se apoye lo local.

Ante este desafío urgió al público a crear mayor consciencia y tener empatía “con el de aquí”. “A veces ofrecemos más de lo que podemos solo para ganarnos a la persona como cliente, casi sin poder. A veces hay cosas que tal vez como principiantes se nos salen de las manos, pero la solución no está en dejar de ir, está en continuar yendo y ser parte de la evolución de ese negocio. Apoyándonos aportan a la generación de empleos, a la oportunidad de prosperar”, aseveró.

“El público debe conocer que para nosotros es hasta seis veces más complicado que para las cadenas. Tenemos que crear todo desde cero, desde el manual hasta la comida, contrario a los grandes comercios”, comentó a la vez que agradeció el apoyo de muchos.

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