“El que muera con mi escapulario no padecerá el fuego eterno”. A esa promesa se confiaron 21 nuevos miembros de la Orden Tercera de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, el pasado sábado, 14 de noviembre, a las 9:00 a.m. en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús en Santurce.

Revestidos del hábito carmelita, los terciarios, llegados de distintas partes de la Isla, desfilaron en la procesión de entrada de la Santa Misa, presidida por el Revdo. P. Héctor L. Cruz Santiago, O.Carm., Delegado nacional de la Tercera Orden Carmelita, acompañado de dos sacerdotes, dos diáconos y, además, la presencia de S.E.R., Monseñor Luis F. Miranda Rivera, O. Carm., Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao.

Durante la homilía, P. Héctor recordó que un terciario abraza el carisma carmelita para vivir en obsequio de Jesucristo, procurando tener los mismos sentimientos que Él y profundizando en su vida de oración, especialmente la oración contemplativa, en el servicio y en la fraternidad.

“La contemplación no es otra cosa que ver con los ojos de Dios y amar con el corazón de Cristo”, dijo el sacerdote, añadiendo que cada terciario deberá realizarlo desde su realidad particular y su vocación. Por ello destacó entre los terciarios que pronunciarían sus votos, a dos sacerdotes diocesanos de la Arquidiócesis de San Juan, P. Miguel Rivera y P. Patrick Celestín, y a una joven pareja de matrimonio del pueblo de Ciales.

Por otro lado, expresó que: “el carmelita, cuando se reviste con el santo escapulario, no hace otra cosa que ponerse el delantal para servir a los hermanos”. En este aspecto insistió en que, antes de servir al estilo de Marta, el terciario debe estar a los pies del Maestro como María, para que lo contemplado se haga vida en actos concretos de amor al prójimo.

“Hoy con tu consagración harás que la huella de tu vida se impregne en nuestro carisma”, manifestó el presbítero que, además, por tratarse de la Fiesta de todos los Santos de la Familia Carmelita, recordó que Dios elige a cada uno tal como es “para elevar la pobreza a la santidad”, pues, en palabras de San Pablo, “allí donde habitó el pecado sobreabundó la gracia”.

Terminada la homilía, los 21 terciarios hicieron público su compromiso de asumir el estilo de vida propio de la Orden Carmelita, pronunciando el nombre que eligieron como profesos.

Luego, el P. Héctor entregó a cada uno la cruz, el libro de la regla y el escapulario. Seguido de eso, los terciarios firmaron la fórmula de profesión sobre el altar.

Finalizado el momento de la comunión, el P. Jorge Luis Rivera Maldonado, O. Carm., Comisario Provincial de las Antillas de la Orden del Carmen, dirigió un saludo y una felicitación a los nuevos profesos.

Asimismo, Monseñor Luis F. Miranda, O.Carm., dio gracias a Dios por la profesión de los nuevos terciarios y exhortó a todos: “Vamos a dejar que sea el Espíritu Santo el que siga llenando nuestras vidas con su gracia y que algún día podamos gozar en la presencia de Dios con todos los santos y santas del Carmelo”.

Luego de la bendición final, dirigidos todos a la Reina del Carmelo, entonaron el canto en latín de la Salve.

 

Vanessa Rolón Nieves

Para El Visitante

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