“Si no es la música, si no son las velas… ¿qué es? Es la Hostia”. Así reacciona Andrea al darse cuenta cuál es el verdadero secreto detrás de una Hora Santa. La historia de esta joven se une a otras tres en la película-documental “VIVO”, que se ha estrenado en casi todos los cines puertorriqueños desde el pasado 28 de julio. Cuatro historias de personas normales, como tú y como yo, que se han visto sorprendidas por una persona, por un amor que ni ellos sabían que necesitaban y deseaban. Es el amor de nuestro Señor Jesucristo, Vivo en el Santísimo Sacramento del Altar.
La eficacia de la Adoración Eucarística nunca se ha puesto en duda en la Iglesia, que ha conservado esta tradición por siglos, pero ¿por qué nuestras Horas Santas están tan vacías? ¿Por qué si funciona nos limitamos muchas veces a una vez a la semana? Y es que es allí, delante de su presencia real y sacramental, viva y silenciosa, donde se manifiesta con mayor claridad y con toda certeza que el artífice de nuestra salvación es sólo Jesús.
Las Horas Santas, los Adoremus y todos los momentos con el Santísimo son la prueba de que muchos de nuestros esfuerzos pastorales están mal organizados y realizados, porque ponemos el acento en nuestro esfuerzo y en nuestras capacidades. Enfatizamos mucho el salir y el caminar juntos, cuando ni siquiera sabemos de dónde salimos, qué llevamos o si sabemos caminar. Cuando estamos delante de Él nosotros no tenemos que hacer nada para que Él haga, no tenemos que decir nada para que Él nos hable, no tenemos que esforzarnos porque Él hace todo el trabajo. ¡Detente, Iglesia de Dios! Estate primero con el Señor, aprende primero quién eres, qué Dios espera de ti y para qué te ha elegido. Estate con Él para que puedas aprender a caminar y luego podrás salir.
Por eso es imposible ver “VIVO” y que no nazca en nosotros el deseo de estar delante de Jesús Eucaristía, de pasar ratos a solas y en silencio con Él. Allí delante de lo que antes era solo un “cacho de pan” nos dejemos amar por Él, nos atrevamos a decirle: “Eres libre para hacer conmigo lo que quieras” y nos abramos a las sorpresas que tiene para nosotros.
P. Javier Avilés
Para El Visitante
