El pasado viernes, 23 de marzo, por segunda noche consecutiva, Monseñor Álvaro Corrada del Río, Obispo de la Diócesis de Mayagüez, ofició la misa exequial de su hermano Baltasar Corrada del Río, de 82 años, en la parroquia San Ignacio de Loyola en Guaynabo. El día antes, se realizó una misa en la parroquia San Jorge en Santurce.
Alrededor de las 7:00 de la noche inició la misa funeral en la que, a nombre de la familia, el Obispo extendió un agradecimiento a los presentes, entre los que se encontraban familiares, funcionarios del gobierno y personalidades del País. En esta ocasión, la ceremonia se realizó en el templo cercano a la urbanización donde el fenecido abogado residió junto con su familia por varios años. Entre los aspectos más destacados durante la ceremonia se desprendieron su vida pública, política y de fe.
Las cenizas del fenecido estaban colocadas sobre la mesa junto a las de su esposa, Beatriz Betances, quien falleció el 15 de julio de 2013 a los 77 años de edad. A las 11:00 de la mañana del día siguiente ambas urnas se trasladarían al templo parroquial Nuestra Señora del Carmen en Morovis para llevar a cabo su entierro.
En su homilía, Mons. Corrada destacó que su hermano mantuvo la lucha del trabajo, la lucha económica y sobre todo la sencillez. “Ahora, la vida de Baltasar entra en un proceso de vida, en un caminar de vida hacia el Monte Santo, hacia Cristo, que es ese monte. […]y que ese monte del festín, no es un festín material, sino el festín hay que entenderlo desde el Evangelio, la esperanza, desde una visión de impacto”, subrayó.
El Obispo puntualizó que: “Baltasar fue un hombre de toda una trayectoria jurídica y pensar que mantuvo los principios de fe como base y como dinamismo a su mensaje. […] Baltasar fue un hombre que luchó por su familia, por su profesión, en la política, en las leyes, fue un hombre que lo dio todo”.
Luego de la Eucaristía, los actos culminaron con un breve mensaje del exgobernador Luis Fortuño, quien destacó que para la década de los 70 y 80, el moroveño se distinguió por su vida política y servicio público en el País. Entre ellos presidió la Comisión de Derechos Civiles, fue Comisionado residente en Washington, Alcalde de San Juan, Secretario de Estado y juez asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico, de donde se retiró luego de 25 años de servicio.