En Adviento nos preparamos para celebrar y recordar, en el ciclo de Navidad y Epifanía, la venida histórica de Jesús. A la vez nuestra mirada de discípulos – misioneros y testigos suyos apunta hacia su venida definitiva. Y en medio de estas dos venidas, es el tiempo de la Iglesia, el tiempo en el que Cristo sale a nuestro encuentro en cada persona, en cada momento, y en las mediaciones de la liturgia, la caridad, la palabra y la comunidad. Es un tiempo para avivar la fe en el Mesías que viene a enseñarnos el camino de la salvación.
¿Qué quiere decir hoy para nosotros “Salvación”? Se me ocurre, haciendo un juego de palabras… que son tres en una; y creo que estas nos expresan el estilo de vida nuevo que Jesucristo a través del Papa Francisco nos pide hoy a la Iglesia.
Primera palabra: “SAL”; deja tu vida cómoda e instalada, la de tus seguridades. “VA”; es decir muévete, ponte en camino vete a otro lugar, atrévete a dejar lo que tienes, tus seguridades. “ACCIÓN”; actúa de forma distinta, nueva, diferente, actúa movido por la misericordia. Es por eso, que en este Adviento te invito a descubrir la cercanía de Dios, que atento a los necesitados, actúa en favor de ellos.
Pon tu mirada en Jesucristo, contémplalo; Él es el centro de nuestra fe el que renueva nuestra esperanza. Él es el motivo y la raíz de estas semanas de preparación y celebración. Él es a la vez, el guía, el camino y la meta de nuestra peregrinación como Pueblo de Dios, como Iglesia suya, en medio de la historia, hacia la realización plena de su Reino.
Vive este Adviento en clave de encuentro, procura descubrirlo especialmente en los más pobres y necesitados, búscalo en las periferias existenciales, donde nadie cree que puede estar. Búscalo con la certeza de que lo encontrarás y tu fe se reavivará, y tu esperanza se renovará.