A finales del año pasado estudiantes universitarios de distintas Universidades Católicas de los Estados Unidos estuvieron de visita en nuestra parroquia Santa Teresita por sexto año consecutivo. La parroquia está ubicada en el Bo. Colombia de Mayagüez.
Nos acompañaron 19 estudiantes, entre ellos un seminarista y un sacerdote de la Orden de los Dominicos. Padre Atanasio, O.P. y estos estudiantes que visitaban por primera vez a Puerto Rico.
Las labores cotidianas de la Misión estuvieron centradas en las necesidades y acciones de nuestra comunidad parroquial. Cada día convocaron a los niños y niñas del Residencial Roosevelt para participar de actividades deportivas en el Parque de pelota del residencial. En la tarde, la convocatoria fue en la Cancha bajo techo del club de los Niños y Niñas Escuchas, que gentilmente facilitaron las instalaciones durante la semana de la Misión.
Los misioneros participaron de la Misa diaria. Igualmente ofrecieron tiempo de Adoración ante el Santísimo diariamente. Fortalecidos con el pan de la Palabra y de la Eucaristía obtuvieron fuerzas para continuar su tarea de evangelización a través del deporte. Es verdadera misión, que nace del encuentro con el Señor.
Tuvimos diversas actividades de confraternización y esparcimiento. Compartimos una noche visitando el Convento de las Siervas de María de Mayagüez, al cual llegamos con un parrandón de jóvenes alegres. Allí compartimos una animada velada de Navidad.
Asistimos al Concierto de Navidad de nuestra Catedral, donde nuestro Obispo Monseñor Álvaro Corrada del Río, S.J., los saludó personalmente.
Como dice el Papa Francisco, hacer lío y del bueno en nuestras comunidades. Estos jóvenes universitarios, del programa Varsity-Focus, lo saben hacer muy bien. Nuestro agradecimiento y oraciones para que cada año sigan haciendo de nuestra parroquia Santa Teresita del Niño Jesús su hogar misionero.
La presencia de estos jóvenes universitarios y su generosa entrega al servicio de nuestros hermanos refleja el ideal juvenil. Gracias a ellos, a quienes les motivan y auxilian. Gracias también a la comunidad que les acogió con entusiasmo y hospitalidad.
(Padre Edgar A. Carlo Rodríguez)