Para Padre Enrique “Kike” Camacho, el vicario de Pastoral Social y director de Cáritas de Puerto Rico, respectivamente, la situación de emergencia que se vivió en la zona sur a raíz del terremoto el 7 de enero y las réplicas que continúan ocurriendo le ha permitido experimentar la presencia de Dios.

“Desde el primer día, Cáritas de P.R. empezó a ayudar a los hermanos del sur. Desde conseguirle algo para comer, llevarles suministros, artículos de aseo personal, a los que lo perdieron todo y los que prefieren dormir a la intemperie porque les da miedo regresar a sus casas. La Iglesia ha estado y está presente, de las seis diócesis. Damnificados ayudando a damnificados. En todo momento la presencia de Dios ha estado ahí”, dijo P. Kike.

Continuó diciendo que: “Si uno puede poner todo lo que uno es, lo que ha aprendido al servicio de los demás, de la Iglesia, es una satisfacción bien grande. Estoy espiritualmente edificado, siento mucha paz a pesar de la preocupación porque mi familia es de Yauco”.

Compartió que, aunque inicialmente iban a llevar los $150 mil en suministros que aportó Cáritas de P.R. a la parroquia de Guánica, por motivos de seguridad se cambió al Convento de las Hermanas Dominicas de Fátima que aunque también sufrió daños se convirtió en el centro de acopio para comenzar a canalizar la ayuda.

“Mi abuela era muy amiga de la Madre Dominga. De hecho, una de mis primeras misas fue allí. Así que sentí de manera especial cómo mi abuela Luisa y la Madre Dominga siempre intervienen desde el Cielo llevando bendición a mi ministerio sacerdotal y a la labor de caridad y amor que realizamos en Cáritas de P.R.”, reconoció.

P. Kike relató cómo a mano, con ayuda de algunas religiosas, tres sacerdotes y el chofer del camión, descargaron un vagón lleno de suministros que posteriormente fue entregado a los damnificados no solo los que están en los refugios, sino en los campos y barrios más alejados
de los pueblos afectados. “Cuando terminamos, cansados por el esfuerzo realizado, celebramos la Eucaristía al aire libre. Las hermanas protegieron el sagrario bajo una carpa y allí junto a dos sacerdotes dimos gracias a Dios. Fue hermoso, sentimos cómo Dios se manifestó en ese lugar”, mencionó.

El también Vicario de Pastoral Social de la Arquidiócesis, agradeció a todas las empresas, organizaciones sin fines de lucro en y fuera de Puerto Rico que han aportado para ayudar a los hermanos del sur. Entre ellos mencionó al Supermercado Pueblo, Holsum, Servicios Funerarios Católicos, Catholic Charities USA, Food for the Poor, Cáritas de Latinoamérica y el Caribe. Igualmente, a P. Obispo Rubén González, CMF, por confiar en ellos y acogerlos en su diócesis. Del mismo modo a P. Carlos Collazo, vicario de Pastoral Social de Ponce, a Mons. Roberto González, Arzobispo de San Juan, a los líderes de Cáritas parroquiales de toda la Isla y a todos los que de una forma u otra han ayudado.

Al preguntársele sobre cuál es la mejor manera de ayudar, destacó que actualmente lo mejor es hacer donativos en efectivo. “Según pasan los días las necesidades van cambiando. En estos momentos la necesidad no es tanto la comida, porque para la Gloria de Dios ha llegado mucha. Tenemos que ayudar a las más de 800 personas que están durmiendo en la calle. Gracias a los donativos económicos adquirimos 200 matress para que las personas que pernoctan en casas de campaña no duerman en el piso”, detalló.

Informó que a través de ATH móvil en el renglón de donar aparece Cáritas P.R. Por PayPal pueden buscar cáritaspr.net y por teléfono al 787-300-4953 si tiene Visa o Mastercard. A su vez puede enviar su donativo a la Diócesis de Ponce.

Al final, recomendó a los damnificados ofrecer su sufrimiento como uno redentor. Si somos capaces de decir: “Ahora que estoy sufriendo porque tenía unas comodidades y una tranquilidad y la perdí […], el sufrimiento de uno se desvanece. Porque uno piensa que Jesús dio su vida por nosotros”. ■

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com

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