La Iglesia Católica es universal y cruza fronteras geopolíticas para llevar la Buena Nueva a los confines del Planeta. No obstante, las realidades continentales crean circunstancias variadas para este mandato evangélico. Este es el caso del coloso de los continentes: Asia. Contiene con la mayor densidad poblacional, el pico más alto y el punto más bajo del planeta, su variedad cultural es abrumadora y su realidad socio-política, económica y religiosa goza de complejidad única.

Para poder iniciar a descifrar la realidad de la Iglesia en Asia, Mons. Gregory Gastón, rector del Colegio Filipino de Roma y quien participó como ponente en la V edición del seminario de comunicaciones Cubriendo el catolicismo en la era de Francisco de la Santa Croce en Roma, explica que nadie puede conocer el futuro de la Iglesia en Asia, pero sí se puede dar lectura del presente esperanzador y lleno de oportunidades.

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“Si se observa la población del mundo por continente, Asia es el mayor continente con 59 a 60 % de la población del mundo. De los primeros 20 países más poblados, la mayoría se encuentran en Asia. Por otro lado, de los diez países más católicos del mundo, solo uno se encuentra en suelo asiático: Filipinas. Más del 60 % de los católicos de Asia están en Filipinas”, apuntó el sacerdote filipino.
A lo contundente de esos datos se suma que Jesucristo nació en Asia. La realidad de compartir esta fe se complica con la multiculturalidad. ¿Cómo poder acercarse, cómo acompañar en estas realidades sociales tan variadas?

“Hemos recibido este don de la fe, -no es opcional- tenemos que compartirlo. El acercamiento no puede ser forzado porque aquí se mezclan los conflictos socio-políticos de cada país. Compartir la esperanza será la clave y la promoción de la dignidad humana”, reflexionó. Añadió a la ecuación la promoción de la vida, colaborar a la educación, la promoción de la paz y la acción social. Uno de los ejemplos de mayor notoriedad en Asia, específicamente en India, fue Santa Teresa de Calcuta, gesta social de fe y esperanza reconocida internacionalmente.

De la misma manera, los mártires fueron los primeros evangelizadores de Asia desde el inicio del cristianismo. Ellos, los que pagaron el precio de la evangelización con su preciosa sangre, cimentaron la Iglesia en una serie de países asiáticos y plasmaron en ellos una huella imborrable y un cimiento indestructible. El mundo árabe, India y el este asiático está lleno de historias de martirio.

Fe, migración e idiomas nativos

El fenómeno de la migración es algo usual para los asiáticos del este. Ellos se encuentran en cada rincón del planeta, particularmente en lugares de gran actividad laboral. En el caso particular de los filipinos es importante destacar su rol potencial como misioneros católicos por doquier. “Por ejemplo en Europa y particularmente en Italia, hay una gran comunidad de filipinos y se celebran al menos 60 misas dominicales para ellos en Roma solamente”, detalló el sacerdote filipino sobre el potencial rol misionero de su pueblo.dsc_0810

Otro de los elementos vitales para la evangelización de Asia, con tantas culturas y religiones, indicó “es y será poder traducir los documentos en el idioma local”. En China y en otros países asiáticos los libros de texto relacionados al cristianismo son preconciliares y actualmente se trabaja para actualizar esto a cientos de idiomas nativos de todo el continente asiático.

Otro elemento que se contrapone al ejercicio de evangelización es el fin de semana. En varios países asiáticos del este, el fin de semana no es como en occidente. El domingo es un día regular de trabajo y el viernes se separa para el descanso luego de una semana de seis días.

No hay Misa en Corea del Norte

Hay países asiáticos que prohíben la Misa. Este es el caso de Corea del Norte donde oficialmente el gobierno de Pionyang censura totalmente a la Iglesia Católica y es delito portar una Biblia. “Actualmente, oficialmente, la Iglesia no tiene actividad en Corea del Norte, el gobierno no lo permite. No hay diócesis, no hay obispo ni sacerdotes. Hay alguna actividad relacionada a Cáritas, ellos están presente por la ayuda humanitaria”, especificó Mons. Gastón.

Distintas realidades en China

Algo debe quedar claro, el acercamiento a China se debe hacer en chino, comentó el experto. Actualmente el gobierno de China conoce de las actividades de la Iglesia y mantiene una política de control muy restrictiva, pero hay mucho arraigo de la comunidad católica china. Aunque permiten la presencia limitada de la Iglesia. Los religiosos no pueden ir a trabajar como sacerdotes ni como misioneros, esto es prohibido, sino van como maestros de inglés. El gobierno lo sabe y lo permite en alguna medida. Aún con todas las restricciones la Iglesia en China está creciendo. Ciertamente, en tiempos de San Juan Pablo II, el gobierno socialista tuvo mayores represiones, restricciones y distancia con la Iglesia por temor a la figura del Santo que varias veces expresó su sueño por evangelizar al país.

Por otro lado, Benedect Keith Ip, director asociado del Semanario Católico Oclarim de Macau (China), conversó con El Visitante. Macau fue un territorio de administración portuguesa por más de cuatro siglos, que se traspasó a China y que constituye una administración especial. “En nuestro caso en Macau, el gobierno ha sido cooperador. Por ahora -los católicos- somos una minoría. El gobierno trata igual a las comunidades cristianas, así que en ese sentido no nos obstaculizan”, detalló.

Pero lamentó que en el caso de China no sea igual: “Para ser honesto es muy difícil cuando vamos a China a visitar iglesias, tenemos que avisar al gobierno; estos procesos son largos y el gobierno observa todo”. El gobierno chino es tan observador que limita incluso los donativos que se realizan en las iglesias, no pueden ser en metálico aunque sí permiten víveres y actividad caritativa, según detalló.

Mientras, al otro lado de la Península de Macau, donde la fe católica existe desde siglos por la relación con Portugal, la fe se expresa con bastante libertad. Incluso reveló que se pueden encontrar pueblos enteros católicos o cristianos. El caso de Hong Kong, que fue colonia inglesa, es muy similar a Macau.

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