Vivió su corta vida testimoniando su fe a pesar de las amenazas, calumnias y oposición en su tiempo a principios del siglo 19. Es Francisco Marto, uno de los tres pastorcitos de Fátima que junto a su hermana Santa Jacinta y a su prima Lucía presenciaron las apariciones de la Virgen María entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Su carácter dócil, su pasatiempo ayudar a los necesitados, su carácter era la diligencia y obediencia. Nació en Aljustre de Fátima, Portugal, para el 1908.

Varios textos históricos indican que las palabras “Consolad a vuestro Dios” pronunciadas durante la tercera aparición en Fátima calaron hondo en él porque se propuso consolar a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María que le parecía al niño estaban tristes a causa del pecado de la humanidad. San Francisco sabía que su tiempo sería corto, por ello se entregó profundamente a la oración al Santísimo en la parroquia y el servicio a los que podía ayudar en la comunidad a pesar de su niñez. Pero sobre todo era un fiel devoto del Santo Rosario. Le gustaba rezar solo y solía decir “para consolar a Jesús por los pecados del mundo”.

Murió de neumonía a sus 10 años en su pueblo natal para el 1919. Fue beatificado el 13 de mayo de 2000 por Papa San Juan Pablo II y canonizado el 13 de mayo de 2017 por Papa Francisco. En la actualidad sus restos mortales descansan junto a los de su hermana Santa Jacinta y su prima Lucía en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en el Santuario de Fátima en Portugal a pasos del lugar donde acontecieron las apariciones que cambiaron sus vidas.

Sobrino de Jacinta y Francisco Marto Por su parte, Francisco Marto habló con El Visitante en Fátima, Portugal, para explicar que es uno de los sobrinos de los Santos Jacinta y Francisco.

Aunque se encuentra en una edad avanzada, labora en un establecimiento a pasos de la Casa Museo donde vivieron Jacinta y Francisco. Evidentemente fue nombrado en honor a su tío santo por su padre Juan que era el quinto de siete hermanos y mayor que San Francisco Marto por unos años, el sobrino no tuvo oportunidad de conocer a sus tíos videntes porque fallecieron muy jóvenes antes de que naciera. No obstante, conoció a Santa Lucía, prima de sus tíos, quien compartía con toda la familia cuando visitaba la Rua dos Pastorinhos, lugar donde vivía la familia. Santa Lucía siempre conversaba con él por el gran cariño que le tenía y porque le recordaba a su primo.

Con pocas pero contundentes palabras Francisco Marto explicó que “tener dos tíos santos y tener tres santos en la familia, es un privilegio y una bendición muy grande”. Cabe destacar que su padre, Juan Marto, acompañó varias veces a sus dos hermanos menores y a su prima en el pastoreo. En la actualidad, la Rua dos Pastorinhos es una zona museo preservada para los peregrinos que van en auto, tren ligero o a pie desde Fátima y desean profundizar en la vida de los pastorcitos. De hecho, desde este lugar los tres pastorcitos salían cada día a pastorear a los determinados campos en lo que hoy es el Santuario de Fátima utilizando la misma ruta.

San Francisco Marto, que solo vivió 10 años, es uno de los patronos de los adoradores del Santísimo Sacramento y un verdadero ejemplo de la santidad e inocencia para toda la niñez. ■

Enrique I. López López
e.lopez@elvisitantepr.com
Twitter: @Enrique_LopezEV

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