Borinquen es un Isla distinguida a nivel internacional por sus paisajes, pero también por su gente, de valores cristianos y siempre dispuestas a servir a los demás. Ese es el caso de dos boricuas fieles servidores del Señor y con virtudes asombrosas: Rafael Cordero Molina y Carlos Manuel Rodríguez Santiago.
Maestro Rafael

El Siervo de Dios Rafael Cordero Molina nació en el año 1790, maestro por vocación y a quien se le recuerda como un hombre de virtudes portentosas. A la edad de 78 años murió en la ciudad capital de San Juan donde nació y creció, en el aniversario de su confirmación. Fue educado por sus propios padres libertos gracias no poder asistir a la única escuela de la ciudad por su raza negra y escasos recursos económicos. Desde sus 20 años se dedicó a enseñar a niños de manera gratuita, principalmente pobres y de raza negra, aunque no restringió el pan de la enseñanza a nadie. Rafael enseñó por aproximadamente 58 años a grandes compatriotas como Alejandro Tapia y Rivera, José Julián Acosta, Francisco del Valle Atiles, entre otros.
En diálogo con el Abad Óscar Rivera sobre la vida del Maestro Rafael, expresó a este semanario que era un católico con una fe profunda y de virtudes heroicas que, además de la enseñanza básica, también comenzaba su jornada con oraciones y canciones religiosas. De igual forma, educaba sobre el amor a Dios y a los demás. Rafael fue un hombre caritativo “y la escuela la mantenía con su propio dinero” que obtenía de su oficio del tabaco. Con profunda vocación al magisterio, el “maestro de los negros” tomó las bienaventuranzas como un mandato, sobretodo la de “enseñar al que no sabe”.
El Abad Óscar parafraseó una frase que solía decir Rafael: “Yo no soy maestro. No soy digno de ocupar el puesto del Divino Redentor”. Como gesto de humildad, el docente reconocía al verdadero Maestro: Jesucristo. Sin querer sobresalir ni distinguirse mucho, impactó a toda una nación con su sencillez, entrega y trabajo diario, Sus alumnos lo veían con respeto, cariño y admiración.
En el 2003 comenzó el proceso que tiene como fin la canonización del puertorriqueño Rafael Cordero. Por el momento, se examina a nivel diocesano un posible milagro que daría paso a la beatificación luego de someterlo a estudios por la Congregación para las causas de los Santos en Roma.
Por último, el Abad Óscar invitó a los fieles a dar a conocer la vida y obras del Maestro Rafael, además de pedir su intercesión por alguna petición especial que pueda ayudar con esta causa. “Es importante descubrir los valores que en el maestro – se manifiestan – iguales a los de un verdadero puertorriqueño, de un hombre entregado al servicio”.
Beato Carlos Manuel

Si hablamos de virtudes heroicas es necesario hablar sobre Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago, un joven laico de Caguas, que con sus dones y talentos trabajó por la fe y la liturgia. “Charlie”, como muchos le llaman cariñosamente, nació en el 1918 y vivió siempre arraigado a su fe y especial devoción por la liturgia. Tanto así que dedicó su vida a la traducción de documentos relacionados a la Liturgia de la Palabra. Carlos Manuel amaba las artes y las ciencias, la filosofía, la religión, la música y la naturaleza, pero sobretodo sentía un amor profundo hacia Dios y su Iglesia. “Convencido de que la liturgia es la vida de la Iglesia” (Vaticano), Carlos Manuel organizó un grupo de liturgia y fundó un coro litúrgico.
“Su casa era como una pequeña iglesia. En familia rezaban, no solamente el rosario, sino también la Liturgia de las horas”, comentó el Abad Óscar. Las fiestas litúrgicas eran celebradas con fervor, y de cierta forma evangelizaban con su ejemplo de vida en su familia y comunidad. Cabe destacar que Charlie sirvió como monaguillo durante su niñez y juventud hasta los 21 años. Su mayor devoción era “vivir – y propiciar – el encuentro con Cristo”. Por esa razón, trabajó incansablemente por y para la iglesia puertorriqueña. Su misión era que los fieles pudieran comprender mejor la Santa Misa, considerada por él como lo más importante en la vida del cristiano, traduciendo así la liturgia del latín al español.
Finalmente, sobre el proceso camino a la canonización, el abad Rivera comentó que se encuentra en curso y que se espera que pronto Puerto Rico cuente oficialmente con el primer santo nacido y criado en la Isla del Encanto. Por eso, se le motiva a los fieles a que continúen orando por esta intención especial y pidiendo la intercesión del beato Carlos Manuel para que lleve al Padre nuestras peticiones.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
Twitter: jrodriguezev