Bajo el lema “Hagan lo que Él les diga” el pueblo de Dios en la Diócesis de Ponce celebró su tradicional fiesta eucarística diocesana en el Complejo Deportivo y Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Ponce el pasado jueves, 15 de junio. La fiesta por el Cuerpo de Cristo se caracterizó por la tradicional procesión con el Santísimo por las calles de Ponce hasta la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe.

A eso de las 7:30 de la noche dio inicio la Misa con la procesión de entrada, con las banderas representativas de las tres zonas de la Diócesis: este (anaranjada), oeste (turquesa) y centro (amarillo). Padre Obispo Rubén A. González Medina, CMF, Obispo de la Diócesis de Ponce, presidió la celebración centrada en el Cuerpo y Sangre de Cristo.

Durante la homilía el Obispo entonó un fragmento de la canción Este si es el pan que baja del Cielo, que se suele entonar en las comunidades,  y que catequiza en versos la fe en el pan de vida que es la Eucaristía. La fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo es una invitación, según explicó, a descubrir la inmensa grandeza del amor de Dios.

“El pan que Jesús ofrece no vale para quitar el hambre rápida y momentánea, utilizando un término moderno no es fastfood. Es un alimento que nutre, pero nutre profundamente. Y hay hambre en la humanidad”, articuló el Prelado. Además, destacó que donde está Cristo hay alegría y “somos testigos de la alegría del Señor, el mundo carece de alegría”.

Asimismo, Padre Obispo invitó a los presentes a ir adelante y con ánimo en el camino de la Evangelización al explicar el críptico de la Misión Continental para Puerto Rico. Durante la Misa se reinstalaron aproximadamente 1,500 ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión.

Concluida la Eucaristía, dio inicio la procesión con el Santísimo Sacramento en dirección a la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe. Al salir del Complejo deportivo una cadena humana cuidaba el camino del Santísimo Sacramento en manos del Obispo. Ya en las afueras, el Sacramento fue colocado en la carroza engalanada con flores y se encendieron fuegos artificiales para dar inicio a la procesión. Fueron cinco paradas de camino a la iglesia madre, cada uno fue dedicado a los desafíos expuestos en la Asamblea Nacional de Pastoral: matrimonio y familia; juventud; educación; salud; y economía y pobreza. Cabe destacar la profunda devoción al Santísimo en la procesión por las calles.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here