“Los años no pasan en vano”, esta es una frase que se escucha frecuentemente cuando se hace mención de la vida y de la salud, esta última es una de las que primordialmente se afecta con el transcurrir del tiempo.
Sin duda, a medida que se alcanza más edad se producen una serie de cambios en la salud de las personas, siendo la pérdida o el deterioro de los sentidos como la vista una de las más recurrentes entre esta población. Es por eso que es vital conocer las afecciones que afectan la salud visual.
Según el oftalmólogo, Natalio Izquierdo los ojos son parte del cuerpo y por ende muestran señales de envejecimiento, tanto en los tejidos anejos, como las cejas, los párpados, como en las estructuras externas del ojo, que producen ojo seco y las internas, como el lente (que se opacifica) y la retina (que se degenera).
Indicó que si se compara el ojo con una cámara, el lente, que en los seres humanos es del tamaño de una tableta de aspirina, es el cristalino. Cuando se cumplen 35 o 40 años algunos comienzan a tener dificultad para la lectura o visión de cerca. “Es ahí cuando hay que poner el papel cada vez más lejos. Esto ocurre porque el lente de la cámara dejó de enfocar entonces decimos que tenemos presbicia”, dijo el otrora expresidente de la Asociación Médica de Puerto Rico.
El ojo seco, es otra condición que afecta la salud visual. Este ocurre cuando los ojos se quedan sin lágrimas, mayormente ocurre por la pérdida de estrógenos. El Dr. Izquierdo mencionó que otra de las razones para sufrir de esta afección puede estar relacionada con la enfermedad de tiroides. El tratamiento a seguir incluye el uso de lubricantes, que también se conocen como lágrimas artificiales.
De otro lado, enfatizó que el glaucoma es otra de las afecciones asociadas con la edad. El riesgo de sufrirla se multiplica diez veces luego de cumplir los 40 años. “Si se compara el ojo a un fregadero, tenemos un grifo o pluma por donde sale el agua (en el ojo le llamamos cuerpo ciliar). Además, tiene un drenaje como los fregaderos (a esto le llamamos la malla trabecular). Con el paso de los años, el drenaje se va tapando, como las tuberías del hogar, y esto produce que se llene el fregadero de agua. En el ojo a esto se le llama aumento en presión intraocular”, detalló.
Añadió que: “Este aumento en presión dentro del ojo va debilitando el nervio óptico, que es la batería del ojo. Esto a su vez produce una pérdida en el campo visual, a lo que llamamos glaucoma”.
Explicó que contrario a lo que se piensa, la visión no es una línea recta sino más bien como el cono de una piragua. Si no se controla el glaucoma, el campo visual se contrae y en vez de un cono de visión se vería como si se mirara por un sorbeto.
Otra forma de explicar el campo visual es imaginar un parque de pelota. “El paciente sin glaucoma ve todo el parque. Mientras, el que tiene la enfermedad deja de ver la primera y tercera base del campo de juego. A largo plazo podría ver solo el lanzador”, comentó Izquierdo.
Sobre el tratamiento a seguir, el galeno dijo que hay que visualizarlo como una escalera. “Primero se tratan con medicamentos que se usan para cerrar la pluma del fregadero, otros para tratar de abrir el drenaje. Si esto no corrige el problema se pueden aplicar rayos láser para abrir el drenaje del ojo”, recalcó.
Sin embargo, informó que si ninguna de las anteriores da resultados y no disminuyen la presión intraocular o el paciente sigue perdiendo campo visual, se sugiere una cirugía filtrante. “Es decir, se hace un hueco, para que el ojo tenga un drenaje”, aseguró.
El también moderador del Programa En Cuerpo y Alma que se transmite a través del Canal 13, precisó que al igual que a los troncos de los árboles que les crece una capa nueva anual, como si fuera una cebolla, las capas del centro se van haciendo más duras y opacas. Cuando la visión disminuye debido a la opacidad del lente cristalino se dice que el paciente tiene cataratas. “El lente natural que está opaco se reemplaza por un lente de acrílico”, subrayó.
Relacionado a las pruebas o estudios que se realizan para diagnosticar estas condiciones están la revisión de las estructuras oculares, en la llamada lámpara de hendidura, que no es otra cosa que un aparato con luz, que magnifica lo que el médico quiere ver en el ojo del paciente.
Dependiendo de lo que el médico quiera ver, se usan diferentes lentes. Por ejemplo, para mirar el drenaje del ojo, el oftalmólogo usa el lente de cuatro espejos. Para mirar el nervio óptico o la batería del ojo, el oftalmólogo usa un lente de 78 o 90 dioptrías. Además de esto, se hace un estudio llamado campimetría, que permite al médico evaluar, cómo está el campo visual del paciente.
“De esta forma se sabe, cuántas bases y campos ve el paciente dentro de su campo de pelota”, agregó.
Aún cuando las cataratas y el glaucoma son las enfermedades de los ojos más frecuentes existen muchas otras que afectan la salud visual. Por consiguiente, los expertos de este campo recomiendan que sin importar si se tienen o no problemas de visión, se debe acudir por lo menos una vez al año a hacerse un examen visual.
Para esto sugieren que seleccionen un oftalmólogo que es el profesional de la salud que está más capacitado para evaluar los ojos. Un oftalmólogo puede evaluar y diagnosticar enfermedades antes de que el paciente tenga síntomas de pérdida de visión. Con solo una visita al año puede alargar su salud visual.