En el seno de una familia católica del municipio de los bellos atardeceres (Rincón) nació el sexto de nueve hermanos Monseñor Humberto López Bonilla. En su hogar conoció de cerca sobre el amor a Cristo y através del rezo del Santo Rosario, los Sacramentos y su participación en el grupo de jóvenes llamados Juventud por Cristo dio sus primeros pasos en la fe.
Participó de unos retiros vocacionales en la parroquia San Francisco de Asís enAguada con los padres agustinos del que recordó “que estaba Padre Blanco, que era el que los organizaba y así fue que uno tuvo discernimiento”. Luego, de un retiro vocacional en la parroquia Santa Rosa de Lima en Rincón auspiciado por las Hijas de la Caridad y los padres franciscanos de la tercera orden que estaban en Rincón. Finalmente Padre Roberto Soler, director de las vocaciones en aquel entonces, lo invitó a un retiro en el Centro Pablo VI en Mayagüez. El 31 de mayo de 1980 tomó la decisión de entrar al seminario Regina Cleri en Ponce y el 22 de septiembre de 1986 fue ordenado sacerdote diocesano en la parroquia Santa Rosa de Lima de su pueblo natal.
El ahora Rector de la Catedral de Mayagüez describió que fue en el deseo de servir a Dios y al prójimo donde vio la llamada a la vida sacerdotal.“Había tenido la oportunidad de tomar un curso en la escuela vocacional de Mayagüez como Asistente de salud. Nos llevaron a diferentes lugares para tener contacto con las personas enfermas y ayudarlas. Ver la presencia de Cristo en el enfermo y ver que uno podía ser útil para colaborar con los demás me inspiró a sentir ese deseo de colaboración en el servicio. Por eso fui al seminario para servir a Cristo en la Iglesia y servir a los hermanos”, dijo .
Tras 30 años de sacerdocio, Mons. López tiene claro cuál es su norte. “Mi norte es Jesucristo. Me gusta vivir el sacerdocio con alegría y ser alegre. Siempre pienso que hay que atender a la gente y atenderla bien, con cariño, con alegría para que vuelvan. Eso tiene que ser el signo y lo tengo bien claro”, comentó el único sacerdote de la casa.
A los jóvenes que sienten inquietud por la vida consagrada les indicó que “la vida del sacerdocio es sacrificada pero que sigan siempre motivados en Jesucristo. Él es nuestro Dios, nuestro salvador y nuestra fuerza para seguir. Si tienen esa intención y ese deseo que sigan adelante. Sé que van a recibir grandes bendiciones como yo las he recibido durante estos 30 años”, a la vez que admitió que si volviera a nacer volvería a ser sacerdote.
Durante su vida colaboró por un mes en la parroquia Nuestra Señora de Fátima en Mayagüez. De 1986 hasta 1988 estuvo en la parroquia San Isidro Labrador en Sabana Grande. Pasó como Administrador parroquial a la parroquia Nuestra Señora de la Merced en Lajas hasta 1992. Fue párroco de la parroquia San Germán de Auxerre en San Germán hasta 2011 y desde entonces Rector de la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria en Mayagüez.