Releva al cardenal Jaime Ortega en su ministerio pastoral
El domingo 22 de mayo, durante la solemnidad de la Santísima Trinidad, en la catedral de La Habana (Cuba) Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez recibió de manos del Cardenal Jaime Ortega el báculo que lo identifica como nuevo arzobispo de La Habana (Cuba).
La ceremonia tuvo lugar después de que el Papa Francisco aceptara la renuncia del cardenal Ortega, por sobrepasar los 75 años de edad –según establece el Código de Derecho Canónico– y nombrara el pasado 26 de abril a Mons. García Rodríguez como arzobispo de La Habana.
Del cardenal Ortega se ha destacado su labor conciliadora, humanitaria y mediadora a favor del pueblo cubano. Incluso el Papa Francisco ha puntualizado que “aún en tiempos delicados no ha escatimado esfuerzos para fomentar la reconciliación en el seno de la sociedad cubana y abrir caminos de diálogo entre Cuba y otros países”.
Monseñor García Rodríguez, por su parte, quien se venía desempeñando como arzobispo de Camagüey, asume el legado pastoral del cardenal Ortega con “sencillez, entrega apostólica y sentido de fraternidad”, como se destaca en las Letras Apostólicas de su nombramiento oficial.
En sus primeras palabras a los fieles, el nuevo arzobispo se refirió a las prioridades de su ministerio, “entre ellas la protección de la vida, la condición sagrada del matrimonio y la familia en general, la ayuda al pobre, al enfermo, al preso, y el anuncio del Evangelio desde la acción misionera”.
El acto religioso fue acompañado por el clero, religiosos, miembros de las pastorales de la arquidiócesis, y un significativo grupo de laicos y laicas que acogieron al nuevo pastor de La Habana y le ofrecieron su apoyo en el ejercicio de su misión evangelizadora.
Se reproducen, a continuación, fragmentos de la homilía pronunciada por Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez en su posesión como nuevo arzobispo de La Habana, el 22 de mayo. También se comparten algunas de las palabras del Cardenal Jaime Ortega, en la Eucaristía de culminación de su ministerio pastoral como arzobispo de La Habana, el 7 de mayo.
Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez: “Ustedes comprenderán que yo estoy asustado. No entiendo el misterio de por qué estoy aquí ni por qué el Espíritu Santo me eligió, tal vez Dios tomó muy en serio el lema de mi ordenación sacerdotal: ‘A donde quieras que me envíes iré y todo lo que me mandes diré’, un fragmento del profeta Jeremías”.
“El Siervo de Dios monseñor Adolfo, quien me ordenó sacerdote y consagró obispo repetía mucho: ‘Es bueno confiar en el Señor’. En el Señor que me eligió y no me dejará, confío. En todos mis hermanos obispos aquí presentes, los cubanos, el de España, el de Venezuela, el de Puerto Rico, el de Miami, confío”.
Cardenal Jaime Ortega: “Mi pensamiento se hace oración al recordar al Papa Juan Pablo II, que me nombró obispo, arzobispo y me hizo cardenal. Con gratitud recuerdo al Papa Benedicto XVI que apoyó mi actuación episcopal. Durante mi servicio pastoral en La Habana, el Señor me concedió el gozo de recibir la visita de estos tres grandes pontífices. ¡Bendito sea Dios!”.
“A los laicos cristianos que son el pueblo de Dios, a todos los consagrados al servicio de la Iglesia, al señor nuncio apostólico, Mons. Giorgio Lingua, a los nuncios con los que he colaborado, así como a mis hermanos obispos cubanos –especialmente hoy están aquí los dos de las diócesis sufragáneas de esta arquidiócesis, Mons. Manolo de Céspedes, de Matanzas y Jorge Serpa, de la diócesis de Pinar del Río. Y muchas gracias a Mons. Roberto González, Arzobispo de San Juan de Puerto Rico. Le agradezco mucho, Monseñor, su cercanía siempre a nosotros”.
(NotiCelam)